No se podían perder la fiesta. Josep Garganté y Maria Rovira, dos de los tres concejales que tiene la CUP en Barcelona, han sido denunciados por agresiones por el sindicato de funcionarios CSIF del Ayuntamiento, han participado en quemas de retratos del Rey y están presentes en todas las movidas callejeras, siempre a pie de obra en los desalojos de okupas y con los manteros para plantar cara a la Guardia Urbana, los Mossos o quien se les ponga por delante.
Sin embargo, en materia de delitos contra la Corona habían perdido protagonismo hasta que se les ocurrió la modalidad de pasar por la cizalla una fotocopia del Rey a todo color, grabarlo en vídeo y difundirlo. La idea se atribuye a Maria Rovira, exalumna del selecto colegio privado Aula.
La acción ha sido muy celebrada por los cuperos por la limpieza de la ejecución y la ausencia de cenizas, humos y malos olores. Además, va acompañada por otro gesto. En la puerta de su despacho municipal han colocado otra foto de Felipe VI boca abajo.
El presidente del grupo del PP en el Ayuntamiento, Alberto Fernández, ha pedido a la alcaldesa Colau que en las dependencias municipales se observe un cierto respeto institucional e impida actos de menosprecio a la Corona, una demanda que no ha tenido respuesta.