Mariano Rajoy sacó pecho de las últimas cifras económicas y situó a España en la locomotora de la Unión Europea. Lo hizo en el pleno para informar de las conclusiones del último Consejo Europeo así como de la reunión posterior que tuvieron los líderes comunitarios sin la presencia de la primera ministra británica, Theresa May. Si bien, las cuestiones nacionales no tardaron en colarse en el debate, viviéndose un fuerte rifirrafe entre Rafael Hernando y Pablo Iglesias en el que el líder de Podemos sacó pecho de participar en las manifestaciones ilegales posteriores a los atentados del 11M.
Fue el primer debate parlamentario de la legislatura sobre el futuro de la UE, aunque luego el pleno avanzó hacia otros derroteros. El presidente empezó su intervención a golpe de datos económicos, dio por cumplido el objetivo de déficit del 4,6% en 2016, y reiteró que su objetivo es que haya 20 millones de españoles trabajando en 2020. "Se puede conseguir si las cosas se hacen de manera razonable", enfatizó, para a renglón seguido defender que no se deroguen las reformas implantadas. Así lo planteó en la cumbre europea, según dijo.
En este contexto, Rajoy aseguró que el peso de España es cada vez mayor. "La UE no nos es ajena, es la continuación de nuestro suelo, la extensión de nuestra patria. No somos uno más, somos uno de los grandes de la UE", afirmó. Y, partiendo de esta base, se declaró a favor de una mayor integración, aunque calificó de positivo una Europa a dos velocidades. "España debe ir más allá en la integración con todos aquellos que quieran seguir en la integración. Estamos listos para avanzar con los que quieran hacerlo", fueron sus palabras.
La oposición critica la política europea de Rajoy
En mayor o menor medida, toda la oposición rechazó su diagnóstico. "No entiendo su optimismo", inició su intervención Antonio Hernando, del PSOE. "Para ser maquinista -de la UE- no es suficiente con que le pongan la gorra", se mofó del jefe del Ejecutivo, para a renglón seguido citar el último informe de la OCDE. Sí estuvo de acuerdo con él sobre el objetivo de una mayor integración.
Iglesias fue durísimo de principio a fin en su primera intervención y rechazó con vehemencia que la Unión sea una historia de éxito. "A nosotros, lecciones de europeístas no nos van a dar, pero no diga usted que ha sido un éxito", repitió en varias ocasiones. "Quizá deberían ser menos triunfalistas", dijo. "¿Qué significa para usted la palabra soberanía?", le preguntó a Rajoy. "No nos avergüence más con su corrupción ante los socios europeos", continuó con los golpes dialécticos Antón Gómez, de En Marea.
En su turno, Albert Rivera tuvo tanto para Rajoy como para Iglesias. El líder de Ciudadanos se revolvió contra los populismos y puso como ejemplo la situación de Grecia. "Ya hemos hecho 'La Tuerka' en streaming, ahora nos toca a nosotros", afirmó, mientras los dirigentes de Podemos protestaban desde sus escaños. Y, a renglón seguido, avisó al presidente de que "es la hora de actuar" ya que "quien no se mueve, caduca". "Habrá discrepancias" pero "si nos quedamos quietos, los populistas ganan", aseveró, y llamó a la unión de "socialistas, conservadores y liberales". "No basta con ir a Versalles y decir que estamos en la Champions", espetó al presidente. Además, se quejó de la falta de democracia en la elección de importantes cargos comunitarios.
PNV y ERC llevaron el debate a su terreno, y pidieron una Unión en la que se permita "el derecho a decidir". "No hay nada más antieuropeo que intentar retener a la fuerza a la sociedad catalana que quiere decidir su futuro", se quejó Joan Tardá, que utilizó la tribuna de la Cámara para quejarse de la sentencia "política" que afecta a Artur Mas, lo que le valió un toque de atención de Ana Pastor. "No son los tiempos de sus abuelos", llegó a decir a Rajoy.
Tensión entre Hernando e Iglesias
En el turno de réplica, Rajoy se congratuló de hablar bien de Europa frente a las críticas de algunos portavoces parlamentarios, especialmente de Iglesias. Y fue tras su respuesta cuando se vivió el mayor momento de tensión, que tuvo como protagonistas a Iglesias y Hernando. Ya antes, en su primera intervención, el portavoz del Grupo Popular utilizó su tiempo para cargar contra el líder morado al denunciar su "historia delirante" sobre la UE.
"Límpiese la boca para hablar de derechos humanos", le espetó el líder de Podemos en su turno de réplica. Además, denunció que la política económica del PP tenga el "nombre de Rodrigo Rato, y un símbolo, Bankia". Y sacó a relucir el 11M, después de que Hernando recordara a las víctimas al estar tan reciente el aniversario de la masacre, criticando la gestión de José María Aznar durante los atentados. "Yo estuve el 13M en la sede de su partido, esa que estuvo registrando 13 horas la Policía" para decirles "vuestras guerras, nuestros muertos, señor Hernando", proclamó, tal y como recoge EFE.
"Cada uno es dueño de su higiene personal", replicó después el portavoz popular, que aseguró que a él le "llenaría de indignidad haber pronunciado algunas" de las palabras dichas Iglesias. Así, recordó las frases "la azotaría hasta que sangrara" o la alusión a "gentuza de clase más baja que la nuestra" de Iglesias. También citó "los tuits con los que amenaza a periodistas que no dicen lo que le gusta". Y remató: "Yo tengo la suerte de haber defendido una ideología liberal, conservadora, democrática y cristiana (...). Usted defiende la del comunismo, la que mas represión y muertes ha provocado no sólo en Europa, sino en el resto del mundo".
"Yo no pretendo provocarle, usted no me provoca, me estimula, hace unas descripciones de la historia de España que son delirantes. Usted está a muchos años luz de ser el líder de la oposición porque para serlo hace falta querer construir algo, no solo venir a la tribuna a insultar a todo el mundo a veces con falsedades", se revolvió una vez más Hernando contra Iglesias.