El Gobierno cree que la imagen de España ha quedado dañada por culpa de la oposición. "No es fácil explicar a las instituciones europeas cómo el cumplimiento de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que es lo que era el contenido del decreto ley, es rechazado por las Cortes", se quejó Íñigo Méndez de Vigo, que advirtió de que "está al caer" una sanción diaria de 134.100 euros"que tendremos que pagar todos los españoles". Luis de Guindos también se pronunció en términos parecidos. Ahora,Íñigo de la Serna abrirá una ronda de contactos con los grupos parlamentarios para intentar reconducir la situación y evitar la multa.
"Estamos muy justos de tiempo", avisó Méndez de Vigo, que se negó a hacer autocrítica. A ojos del Gobierno, los únicos culpables de la crisis son el Partido Socialista y Ciudadanos, formaciones de las que esperan "sentido de Estado". El enfado es enorme con Albert Rivera, toda vez viró a última hora su posición pese a prometer al PP que votaría a favor del decreto de la estiba. Así lo transmitió el propio Mariano Rajoy a sus colaboradores próximos, tal y como desveló este diario. "Tenemos que reflexionar si beneficia el voto en contra de cumplir una resolución europea a la imagen de España; si ayuda al proceso de liberación económica, haciendo de nuestra economía un espacio más competitivo y próspero, y al final, so es leal o no con el mandato que nos dieron todos los electores para buscar acuerdos", arguyó el portavoz del Ejecutivo.
El propio Rajoy volvió a reconocer su malestar con Rivera en una charla con altos cargos del partido en el transcurso del congreso del PP de Madrid. De hecho, sugirió cierta fractura en el partido naranja ante la orden de abstenerse por parte de la cúpula, según las fuentes consultadas. Después, ya ante los periodistas, quiso rebajar la tensión. "No es tanto como parece", declaró. Y, subido al atril, insistió en el desprestigio del país en caso de que no se apruebe el decreto. "No voy a reprochar nada a nadie ni ahora ni en adelante. No entro en el fondo del asunto, que se las trae" pero "la estiba no es un problema del Gobierno, es un problema de España", lamentó.
Por su parte, Méndez de Vigo acudió a la habitual conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros con los deberes hechos. Y puso en conocimiento público que el Gobierno remitió a los grupos parlamentarios el decreto de la estiba antes de que fuera aprobado por el Ejecutivo, para enviarlo después al Congreso, y no recibieron pega alguna. "No nos hicieron ningún comentario", subrayó, para insistir una y otra vez en que tampoco "hay mucho margen para hablar de su contenido" ya que "de lo que se trata es de cumplir una sentencia".
Dicho esto, el Ejecutivo prometió hacer un "esfuerzo" para evitar la multa. En concreto, será el titular de Fomento el que se pondrá en contacto con los partidos en las próximas horas, de cara también a la reunión que tendrán patronal y sindicatos el martes. "Esperemos que esta vez nos digan qué quieren cambiar del decreto", mostraron su frustración en Moncloa. "El Gobierno hará todo cuanto esté en su mano para cumplir con las obligaciones de la UE y para que los españoles no tengamos que pagar esa sanción de nuestros bolsillos y se pueda dedicar ese dinero a otras cosas", se reafirmó Méndez de Vigo. Rajoy también se refirió en términos parecidos.
Con esta crítica de fondo, lo que evitó el portavoz fue un cuerpo a cuerpo con Ciudadanos, al que definió como socio preferente a pesar de las discrepancias cada vez mayores. "Firmamos un acuerdo con Ciudadanos" y "el Gobierno va a mantenerse en ese acuerdo porque es serio y responsable", dijo. Y, en línea con lo expresado por Rajoy, rechazó la posibilidad de un adelanto electoral. "No habrá elecciones", afirmó en dos ocasiones.
De hecho, confirmó la voluntad de Cristóbal Montoro de llevar el anteproyecto de Presupuestos a la mesa del Consejo de Ministros del día 31 del presente mes.