Mariano Rajoy se ha impuesto no hacer valoración alguna sobre la situación interna que atraviesa el PSOE, aunque en privado su entorno admitió que la posible vuelta de Pedro Sánchez sería "nefasta" para el país. En cambio, interpretaron que con Susana Díaz, aunque mantenga un tono duro contra el PP, se podrá hablar "de los asuntos de Estado" y "tiene una idea clara de España" ante el pulso separatista. Lo más que se permitió el presidente es reclamar "políticos con finura" y no "extremistas" ni "exagerados".
En Canarias, donde clausuró los congresos provinciales del PP de Gran Canaria y Tenerife, el presidente prometió ser "constructivo" y "huir de las broncas". "Si alguien quiere problemas, que sepa que nosotros vamos a caminar en paralelo", destacó. Citó expresamente la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, agradeció el respaldo de PNV, Ciudadanos y Coalición Canaria e insistió en que intentará hablar con todos para que salgan adelante.
Tras superar el primer trámite parlamentario, Rajoy recordó que necesita "el voto 176", y de ahí los guiños contantes del PP a Pedro Quevedo, el diputado de Nueva Canarias. "Vamos a intentar recabar más apoyos y hablaremos con todos. Algunos pueden pensar que con algunos pierdo el tiempo, pero eso ya lo veremos. Yo hablaré con todos y hemos demostrado voluntad y capacidad para llegar a un entendimiento", razonó. Y elevó el tono: "Sería un disparate no aprobar los Presupuestos".
Una y otra vez, Rajoy se revolvió contra "esa gente que solo quiere contar malas noticias". Los "extremistas" y "exagerados" que se dedican "al brochazo", según sus propias palabras. Y aseguró que "la inmensa mayoría de los españoles son gente moderada, razonable, sensata, que quiere que se le resuelvan sus problemas y que se le dé estabilidad, tranquilidad y seguridad". "España es un pedazo de país", sentenció. "Cada uno es como es, pero estemos orgullosos de nuestro país y hablemos bien de él", se reafirmó en Tenerife.
Para el jefe del Gobierno, si continúa la política del acuerdo, la legislatura estará asegurada. "Ceder un poco de aquí, no mirar mucho hacia el otro lado y ponerse en el lugar del otro. Un poquito de generosidad y grandeza", recetó a sus interlocutores políticos. En ninguno de sus dos actos públicos en las últimas horas mentó a Sánchez, con quien tuvo en su día una relación pésima cuando era líder del PSOE. "¿Han cenado alguna vez con algún marciano?", soltó en una charla informal con periodistas para dar a entender su nula sintonía con el dirigente socialista. En caso de que sea él quien tome las riendas del socialismo, más de un cargo del PP augura un adelanto electoral.