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Rajoy opta por no entrar en el cuerpo a cuerpo con Puigdemont en el caso del aviso de la CIA

"Hay que ser cautos y prudentes", proclama Méndez de Vigo, que pide unidad. Génova reprende a uno de sus diputados por atacar a los Mossos. 

"Hay que ser cautos y prudentes", proclama Méndez de Vigo, que pide unidad. Génova reprende a uno de sus diputados por atacar a los Mossos. 
Méndez de Vigo, este viernes, al término del Consejo de Ministros. | Moncloa.

El Ejecutivo evitó la confrontación con Carles Puigdemont y no hurgó en sus contradicciones sobre el aviso de la Inteligencia norteamericana, fechado en mayo, sobre un posible atentado terrorista en Las Ramblas. Tampoco pasó al ataque el Partido Popular, que reprendió con contundencia e inusitada rapidez a un diputado nacional, Eloy Suárez, que se saltó el guión oficial y criticó a la policía autonómica. "Cuando se produce un atentado, hay que ser cautos y prudentes, y por tanto el Gobierno no va a declaraciones sobre cuestiones operativas", se escudó Íñigo Méndez de Vigo. "Unidad", proclamó Fernando Martínez-Maillo, el número tres de Génova.

Públicamente, al término del Consejo de Ministros, el portavoz del Gobierno solo se permitió reclamar explicaciones a Puigdemont por negar en un primer momento que los Mossos recibieron el aviso de la CIA. Los periodistas insistieron una y otra vez, pero Méndez de Vigo evitó el choque político. "Ya he contestado que el Gobierno no va a hacer ningún comentario sobre cuestiones operativas", repitió una vez más. "No debemos perder la perspectiva nunca de que los únicos culpables de los atentados son los terroristas, nadie más es responsable, y las fuerzas de seguridad, todas, trabajan intensamente y con eficacia en la prevención de atentados", afirmó, no sin solicitar "unidad sin fisuras de los demócratas".

En Moncloa quieren impedir a toda costa que desde las formaciones independentistas se les acuse de intentar sacar algún rédito político utilizando la lucha contra el terrorismo, alimentando así su victimismo, y de ahí que Mariano Rajoy diera orden de no caldear el ambiente. Una consigna que también se acató por parte del PP, reunido en Valencia para celebrar su interparlamentaria. Maillo utilizó prácticamente las mismas palabras que Méndez de Vigo, y únicamente hizo una crítica de soslayo al afirmar que "en democracia las explicaciones son muy importantes" y quejarse de las críticas a los medios. María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, que participaron en el cónclave, evitaron referirse a la comunicación de la CIA.

Eloy Suárez pide disculpas

En este contexto, un diputado nacional del PP, también presente en la Interparlamentaria, escribió varios mensajes en Twitterquejándose de los Mossos, y rápidamente fue reprendido por la cúpula nacional. "Le hemos dicho que rectifique. Es una reflexión personal que no compartimos", se apresuraron a explicar fuentes de la dirección, después de que Suárez acusara a la policía autonómica de "no hacer nada para impedir 16 muertes y 100 heridos". "Pido disculpas por mis comentarios. no he estado afortunado. No hay más culpable en un atentado que los terroristas", rectificó, tal y como le solicitó Génova.

La consigna es "no dar la batalla en este tema", reconocieron fuentes al más alto nivel consultadas por este diario. Juan Ignacio Zoido, silente desde que estallara la polémica, se ha comprometido a resolver cuantas dudas tengas los partidos en el marco del pacto antiyihadista. Esto es, sin la presión de los focos, para evitar la discusión pública. La portavoz socialista, Margarita Robles, telefoneó este mismo viernes al titular de Interior y, según el Gobierno, quedó satisfecha de sus explicaciones.

Lo que se dice en Moncloa en privado

La valoración que el Gobierno hace a puerta cerrada sobre la gestión de Puigdemont es mucho más dura. Sin micrófonos encendidos, cargos al más alto nivel tanto de la Moncloa como del PP admiten a las claras que Puigdemont y los suyos "han mentido a la opinión pública, como ha quedado demostrado gracias a la hemeroteca". No solo al negar la existencia del aviso, según fuentes de la lucha antiterrorista, sino también a la hora de asegurar que los cuerpos de seguridad el Estado restaron valor a la posible amenaza, como dijo Josep Lluís Trapero.

"Más allá del aviso, el problema es la mentira y luego el ataque a la prensa", se resumió desde Moncloa, siempre en privado. Mientras, en Génova, más de algún dirigente se repitió la misma pregunta: "¿Qué estaría pasando hoy en España si en vez de Puigdemont y Trapero fueran el presidente y el director de la Guardia Civil los que hubieran mentido?".

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