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El pregón de las fiestas de Barcelona lamenta la ausencia de las víctimas del 17A... y de los asesinos

La ensayista Marina Garcés leyó el pregón de las fiestas de la Mercè el pasado viernes, con una insólita referencia a los asesinos de las Ramblas.

La ensayista Marina Garcés leyó el pregón de las fiestas de la Mercè el pasado viernes, con una insólita referencia a los asesinos de las Ramblas.
La ensayista Marina Garcés | Wikipedia/marinagarces

El pasado viernes tuvo lugar el habitual acto institucional en el Ayuntamiento de Barcelona con el que se inician las fiestas de la Mercè, las más importantes de la capital catalana, con la lectura de un pregón escrito por alguna personalidad relevante.

En esta ocasión la elegida fue la ensayista Marina Garcés, que trabaja en Zaragoza pero vive en Barcelona y que, tal y como cuenta La Vanguardia, dedicó como era previsible una parte de su discurso al momento político que vive Cataluña, por supuesto colocándose a favor del golpismo y reclamando "una respuesta colectiva contundente que transforme, de raíz y sin complejos, este Estado".

Yo tengo alergia a cualquier nacionalismo, propio o de los demás. Trabajo en una ciudad española y la gente de esta península (ni de ninguna parte) no serán nunca mis enemigos. Siempre he pensado que el mapa de los estados, todos, con sus colores y líneas rectas, nos engaña. Sus colores amables son el resultado de una geografía de guerra. No hay estado que no exista sin una frontera y un ejército. A mí me gustan más los mapas geográficos, donde vemos la forma real de los valles, las montañas y los ríos, que no se detienen en ninguna frontera. Como estoy explicando hoy, creo en un mundo común, hecho del ir y venir libre de la gente. Pero ante un Estado que convierte una pregunta legítima en una acción ilegal, ahora mismo solo queda espacio para una respuesta colectiva contundente que transforme, de raíz y sin complejos, este Estado. No se trata, solo, de poder votar. Se trata de poder decírnoslo todo, para poder cuestionar radicalmente las bases y las condiciones de nuestra convivencia, no solo nacional sino también política y social.

Pero la cosa no quedó ahí. Aún más inaudita fue su referencia a los atentados del pasado 17 de agosto, lamentando la ausencia de las víctimas que ya no podrán estar en estas fiestas, pero también las de sus asesinos:

Este año habíamos recordado con dolor los 30 años de Hipercor, como si fuera un pasado lejano. Pero estos días, la violencia global ha irrumpido en Barcelona. Durante estas Fiestas de La Mercè, todos llevaremos en nosotros una ausencia igualmente dolorosa: la de las personas que no volverán nunca más a Barcelona ni a sus fiestas, no porque no quieran sino porque el 17 de agosto perdieron la vida en la Rambla, en la Diagonal y el paseo de Cambrils. Y junto con ellos, también, la de unos jóvenes de Ripoll que tampoco estarán y sobre quienes siempre tendremos la duda de si realmente querían morir matando, como lo hicieron. Para todos ellos y para todos los que resultaron heridos para siempre con sus muertos, y también para todos los que mueren a causa de la violencia cada día más allá de nuestras malditas fronteras, hagamos de esta Mercè un reencuentro con la ciudad, con sus calles y plazas y sobre todo un reencuentro entre nosotros.

En La Vanguardia, Garcés ha dicho que cuando aceptó el pregón temía una "lluvia de insultos", ya que tomar la palabra en estos momentos "no es fácil". "Ahora se prohíbe, se reprime y se criminaliza la expresión pública de la palabra. "Vivimos una situación de excepcionalidad institucional y política precisamente como consecuencia de esta prohibición de expresarnos libremente en un referéndum", ha añadido.

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