Señor Rajoy: cumpla con su obligación antes de que sea demasiado tarde y evítese el infame baldón de ser uno de los peores gobernantes de la historia de España.
¿Cabe, desde una exigible responsabilidad de gobierno, premiar al rebelde, al sedicioso? ¡Aplíquese la Ley en toda su extensión y sin estrategias políticas!