Mariano Rajoy defendió la aplicación del artículo 155 ante "el desprecio" de las autoridades catalanas a la Constitución y el estatuto de autonomía. "El objetivo es restaurar la legalidad, apostar por la convivencia que se ha roto y atajar las consecuencias económicas" del golpe, afirmó en la sesión de control en el Congreso. El presidente se enfadó con Margarita Robles, que sacó a relucir las fricciones en el Ejecutivo sobre la gestión de la crisis. El PSOE reiteró que le basta con que Carles Puigdemont convoque elecciones.
El rifirrafe entre el presidente y Robles fue especialmente tenso. Mucho más que en semanas anteriores. La portavoz socialista le hizo una batería de preguntas que no constaban en el orden del día. Le pidió que aclarara "qué va a hacer con los Presupuestos" o "qué hará con la reforma laboral". Le echó en cara la división en el gabinete gubernamental. "Explique a los ciudadanos las divergencias entre la señora vicepresidenta y los ministros cuando hablan del tema de Cataluña", trasladó al presidente. Además, advirtió de que "no cabe la aplicación del 155" en caso de que haya "elecciones democráticas" en Cataluña.
El presidente se revolvió en su escaño. "Dice que va a apoyar la reforma de la Constitución pero nadie se ha enterado de qué reforma", se quejó. También censuró que le hablara de "una historia de Puigdemont que nadie conoce" y, a renglón seguido, se puso a leer una serie de datos sobre "las prioridades de acción" del Ejecutivo, que era en teoría la pregunta de Robles. Nada dijo de la división en su gabinete.
"A lo mejor si no leyera los datos de sus colaboradores, contestaría las preguntas de este grupo parlamentario", le contestó Robles. "No sé que tiene usted en contra de mis colaboradores" pero "espero que lea los datos de los suyos para evitar declaraciones como las de hoy", espetó el presidente en su intervención final.
Pocos minutos después, el Ejecutivo trató de templar los ánimos. El pacto del 155 sigue intacto, según proclamaron. En las ultimas horas, volvieron a despachar telefónicamente Soraya Sáenz de Santamaría y Carmen Calvo. "Todo en orden con el PSOE", aseguró la vicepresidenta en conversación informal con periodistas. Únicamente existen "matices", en palabras de un ministro, que insistió en que no vale solo con convocar elecciones para frenar el 155. En caso de ruptura, se encargaron de recalcar desde la dirección nacional del PP, "iríamos al Senado sin el PSOE". Moncloa confirmó que será Rajoy el encargado de defender las medidas a tomar en el pleno del viernes.
Moncloa: Lastra, mejor que Robles
El pulso separatista centró un miércoles más la sesión de control en la Cámara Baja. Ante Joan Tardá de ERC, Rajoy defendió que "la única respuesta posible" es el 155 para "restaurar la legalidad". "Es una decisión excepcional y queremos que dure poco", apostilló. "Frene la represión", le exigió el representante independentista, que aseguró que los catalanes saldrá "pacíficamente" a la calle si el Senado aprueba el paquete de medidas que incluye la destitución del Gobierno autonómico.
Al Gobierno le gustó más la intervención de Adriana Lastra ante la vicepresidenta que la de Robles ante Rajoy, y así se explicitó en los pasillos de la Cámara. Santamaría garantizó a la vicesecretaria general socialista que el Ejecutivo participará activamente en la comisión sobre el modelo autonómico. "Acertaremos si trabajamos no para un modelo a 17, sino para un modelo de convivencia para 47 millones de españoles", afirmó. "La Constitución no se incumple, se reforma como decida la mayoría", en palabras de Lastra.