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Debate sobre el estado de Andalucía: el día de la marmota y Cataluña

Un nuevo debate sobre el estado de la región en Andalucía que ha aportado, como en años anteriores, muy pocas novedades.

Un nuevo debate sobre el estado de la región en Andalucía que ha aportado, como en años anteriores, muy pocas novedades.
Susana Díaz, durante el debate | EFE

En la mítica película Bill Murray es atrapado en el tiempo de manera fantástica y una y otra vez es obligado a vivir los mismos acontecimientos. Andalucía, en su vertiente política, vive un año y otro año el mismo fenómeno de sucesos que se repiten, como diseñados por una estrategia conjunta de partidos inconscientes de su reproducción casi idéntica.

En resumen, el cuadro general del síndrome de la marmota es el siguiente: el PSOE no hace autocrítica sobre nada, defiende que Andalucía vive una estabilidad y una modernización sin precedentes –no se sabe si la tercera, la cuarta o la quinta–, y reenvía sus defectos y problemas al Gobierno cuando gobierna el PP a nivel nacional. Si el que gobierna es el PSOE, silencio sobre el Gobierno y muerte a la oposición.

El PP acusa al PSOE de mala gestión, de clientelismo, de promesas incumplidas pero reiteradas y de ser el tapón empobrecedor de los andaluces. Eso sí, cuando gobierna el PP, ni mú sobre el Gobierno de la nación. Izquierda Unida, antes sola y ahora con Podemos, critica bastante adecuadamente los modos y maneras del PSOE, pero aprovecha para atacar con más fuerza aún al PP. Ciudadanos, desde que existe como fuerza política, esboza una melosa crítica, pero deja percibir con claridad que está en la cuerda del gobierno de Susana Díaz al que ha dado el sí para la boda presupuestaria de 2018.

Desde 1982 hasta ahora, con ligeras variantes según las circunstancias, el producto siempre es el mismo. Andalucía está estupendamente gobernada y su altísima tasa de paro, el bajo nivel de su educación, la precaria situación de su sanidad, etc. son culpa del gobierno popular, que, por si fuera poco, desatiende la financiación autonómica, tema silenciado con siete llaves cuando los gobiernos son del PSOE.

Cataluña como novedad

Este año de gracia la novedad en este día de la marmota andaluza ha sido Cataluña. En su discurso de inauguración del debate sobre el estado de Andalucía, la presidenta de la Junta dijo este miércoles que "todo lo que perjudica a la marca España nos perjudica a todos, y a Andalucía también… En la crisis provocada por el secesionismo catalán, yo sé que algunos solo ven un conflicto en el que siempre intentan victimizar a quienes lo han generado, los independentistas".

Luego añadió que "el Estado de las Autonomías se ha desarrollado plenamente, de manera que España hoy se ha convertido en uno de los países más descentralizados del mundo y, más allá de la aventura independentista de algunas instituciones catalanas, ya irremediablemente condenadas al fracaso, creo que nadie, sensatamente, pone en cuestión esta realidad."

Federal y no confederal

Y por último, ya en el debate, se refirió a que no se quedaría de brazos cruzados ante la reforma del Estado que se avecina, tanto si éste tiene envergadura constitucional para preservar la equidad reclamada por el pueblo andaluz en el proceso autonómico como den su vertiente de deficiente financiación de la autonomía andaluza, que ha reconocido hasta la propia Soraya Sáenz de Santamaría.

Si tuviese nivel constitucional, Susana Díaz abogó por el modelo federal, que no confederal, y criticó a la lideresa de Podemos, Teresa Rodríguez, explicándole que el modelo de Pablo le parecía una barbaridad, como el de Urbán y los Anticapitalistas.

En cuanto al modelo de financiación, Susana Díaz olvidó mencionar que el actual modelo no fue del agrado del PP, sino que fue su propio partido, aliado entonces con Esquerra Republicana de Cataluña en el gobierno de la Generalidad, el que lo impulsó. Era conocido desde 2009 que el modelo de financiación aprobado entonces perjudicaba a Andalucía, a Castilla-La Mancha, a Canarias y también, curiosamente, a Cataluña.

Lo demás, amarmotante. Mala querencia entre Susana Díaz, Juan Manuel Moreno y Teresa Rodríguez, un poco más de empatía con Izquierda Unida y cordialidad, casi devoción, de la presidenta hacia Juan Marín que le facilitado la estabilidad política necesaria para llegar a la antesala de las elecciones de 2019 sin inquietud alguna.

Dos detalles finales. Ante el anuncio de un nuevo plan de empleo industrial, IU subrayó que primero debería pagar las ayudas pendientes a los autónomos. El otro, fue el efecto "formación", cuyo caso judicial y cuya paralización del gasto por la Junta le han supuesto importantes críticas, pero la presidenta Díaz sigue con sus tesis de que el fraude de la formación es una patraña del PP cuyo gobierno, por cierto, y añade sin temblar, debe dinero de la formación a Andalucía, tesis de UGT y CC.OO.

Durante la mañana continuará este debate. Veremos si algún acontecimiento extraordinario evita el eterno retorno a lo de siempre de este día andaluz de la marmota.

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