Jordi Pujol sufre una fuerte neumonía que obligó a su ingreso hospitalario el pasado 26 de diciembre. Su estado no reviste gravedad, pero la afección le obligará a permanecer unos cuantos días en la clínica Sagrada Familia de la capital catalana.
El patriarca del clan Pujol, inmerso en una causa judicial con decenas de ramificaciones, tiene un escaso historial clínico. Durante su época como presidente autonómico padeció notorios episodios de parálisis facial, pero siempre presumió de un envidiable estado de forma. De costumbres austeras, a Pujol presumía entonces de sus largas caminatas y excursiones veraniegas en la Cerdaña.
A sus 87 años, es la primera vez que trasciende un ingreso hospitalario. Pujol tuvo que reducir la actividad pública a raíz de su confesión sobre la fortuna familiar oculta en Andorra. El 25 de julio de 2014 el expresidente catalán difundió una carta manuscrita en la que reconocía haber ocultado al fisco una cantidad indeterminada de millones de euros repartidos en cuentas de varias entidades andorranas. Su hijo Jordi Pujol Ferrusola, puesto en libertad el mismo día en que fue ingresado su padre, ya era investigado entonces por la Audiencia Nacional por sus negocios internacionales.
A pesar del escándalo, que ya implica a toda la familia, Pujol ha ido recuperando poco a poco su influencia en ámbitos eclesiásticos, universitarios y políticos, al punto de que era informado puntualmente por los dirigentes nacionalistas de los avances del golpe contra la democracia en España.