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Rajoy vincula la subida de las pensiones mínimas y de viudedad a que haya nuevos PGE

El Gobierno contempla que las pensiones mínimas suban según el IPC, pero no el resto. Rajoy pide calma y dice que el sistema está garantizado.

Mariano Rajoy supeditó la mejora de las pensiones a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018, que saldrán del Consejo de Ministros a finales de mes. En concreto, planteará concentrar las ayudas fiscales en el IRPF para pensionistas y familias, así como una mejora de las pensiones mínimas y de viudedad. De momento, no tiene los apoyos necesarios para sacar adelante las cuentas públicas. "Mientras sea presidente las pensiones no se van a congelar, subirán siempre y haré lo que pueda para mejorarlas", proclamó en el Congreso de los Diputados.

En el pleno específico sobre las pensiones, el presidente quiso mandar un mensaje de calma. "Sé que muchos españoles han podido sentir desasosiego" en las últimas fechas pero "no hay motivo para ello", afirmó. Acudió a la Cámara Baja a petición propia, aunque consciente de que la oposición ya se había puesto de acuerdo para forzar el debate tras las masivas manifestaciones de jubilados, que piden una subida conforme al IPC:

"Las pensiones para nosotros son irrenunciables", proclamó el jefe del Gobierno. E hizo un exhaustivo análisis de la situación. "El gasto en pensiones es el mayor de las administraciones públicas. No hay partida en el presupuesto que se acerque, siquiera de lejos, a lo que gastamos en pensiones", explicó. Y recordó que, en los peores momentos de la crisis económica, "solamente quedaron al margen de la reducción del gasto público las pensiones y el desempleo". Se evitó el rescate que "nos hubiera llevado a un drástico" recorte, como en Grecia.

El presidente aportó una batería de datos, manteniendo en todo momento el tono pedagógico. "El gasto en pensiones en el año 2017 fue de 139.637 millones de euros, lo que supone más del 40% del presupuesto que gestiona el Gobierno", expuso. Y volvió a reivindicarse: "Cuando yo llegué al Gobierno en 2011, la nómina mensual de pensiones era de unos 8.100 millones de euros. La última que se ha pagado, es de unos 10.100. Es decir, 2.000 millones más, al mes". Se acogió a un informe de la OCDE para dejar claro que las cosas en España están mucho mejor que en otros países de su entorno.

Hecho el diagnóstico, Rajoy aseguró que las pensiones "subirán todo lo que sea posible", pero se negó a una "subasta" de promesas de difícil cumplimiento. "Lo que les propongo es seguir avanzando sobre lo ya construido y no dar marcha atrás en ninguna reforma de las que se han hecho a lo largo de nuestra democracia", dijo. Esto es, mantener el rumbo económico. "Las pensiones están hoy seguras porque este Gobierno ha fortalecido el puntal que las mantiene, que es el empleo, su fuente de financiación", arguyó el presidente, que emplazó una y otra vez al Pacto de Toledo.

Fue en este contexto cuando hizo su anuncio, aunque sin entrar en muchos detalles. Rechazó revalorizar todas las pensiones según el IPC, aunque sí en el caso de las mínimas. Y lo vinculó a que haya nuevos Presupuestos, presionando principalmente a Ciudadanos, que en estos momentos se niega a apoyarlos por el caso de la senadora Pilar Barreiro. Para la aprobación de las cuentas públicas, el presidente convocará un Consejo de Ministros extraordinario ya que el viernes 23 estará en Bruselas. Podría celebrarse en plena Semana Santa, según fuentes del Ejecutivo.

"Los dos únicos peligros para las pensiones son el paro y la demagogia", zanjó Rajoy, provocando el aplauso de los suyos. "Los pensionistas no merecen actitudes frívolas ni demagógicas, merecen respeto y dignidad y que nadie les utilice en ningún debate ni en ninguna ambición", remató. Ya en los rifirrafes con los portavoces de la oposición, se mostró especialmente crítico con Margarita Robles, que se mostró "indignada". "Me siento muy preocupado después de escuchar lo que ha dicho", se revolvió contra la portavoz socialista.

La oposición no puso en muchos apuros a Rajoy. Fue un debate de perfil bajo. A Robles, le echó en cara su pasado en página económica y se burló de sus propuestas. "¿Subir los impuestos? ¿A quién? ¿Cómo? Por qué?", se preguntó. Con Ciudadanos estuvo mucho más suave y llegó a asegurar que comparte "el grueso" del diagnóstico de Albert Rivera en materia de pensiones. "Puede decir aquí que va a arreglar el mundo, yo no le creo", contestó a Pablo Iglesias.

Respondiendo al diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, hizo autocrítica al reconocer el enfado de los pensionistas por la misiva del Gobierno sobre la subida del 0,25. "Lo que ha soliviantado a la gente es esa carta", apuntalaron después desde el PP, satisfechos con el papel de su líder. En su mensaje final, Rajoy reiteró que los pensionistas pueden estar "tranquilos". "Espero que seamos capaces de llegar a un mínimo entendimiento", remató.

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