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Cristina Cifuentes dimite

"El PP a partir de ahora abre una nueva etapa en la Comunidad de Madrid", zanja Rajoy. Cospedal acudió a Sol para gestionar con Cifuentes su salida.

Entrevista a Ignacio Aguado

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

Cristina Cifuentes acabó cayendo empujada por Mariano Rajoy y abandonada prácticamente por todo el PP. El vídeo en el que supuestamente se le ve robando unos productos de cosmética fue la puntilla. Tenía que dimitir antes de que el presidente pusiera un pie en el Congreso para participar en el debate de los Presupuestos, y Moncloa puso la maquinaria en marcha. María Dolores de Cospedal llegó a trasladarse a Sol. Abatida, Cifuentes dimitió "con la cabeza muy alta". El PP respiró aliviado tras horas de enorme tensión.

Hace tan solo unos meses, la madrileña era un auténtico referente del partido, abanderada de la regeneración y en las quinielas para suceder a Rajoy. Pero empezó la cacería, fuego amigo incluido, según su relato. Cifuentes no cree que se merezca este final político tan doloroso. "Se han traspasado líneas rojas evidentes, ha sido un ataque personal", se quejó. Su familia ha sufrido mucho, en palabras de su equipo. "Todos ustedes saben que yo he sido espiada, investigada, que se han hecho dossieres contra mi persona, y algunos circulan por las redacciones. Antes, mientras era delegada del Gobierno, y no sé si también mientras he sido presidenta", lamentó.

Cifuentes resistió los envites de Francisco Granados, pero no supo gestionar el escándalo de su máster y se fue quedando cada vez más sola. Al abandono de la dirección nacional se sumó el de buena parte del PP de Madrid, que no entendió "su ataque a la desesperada" contra Esperanza Aguirre por la ciudad de la Justicia. Siempre tuvo a su lado a la secretaria general, que este miércoles por la mañana acudió de urgencia a Sol para concretar su renuncia.

En su comparecencia ante los medios, en la que no aceptó preguntas, Cifuentes aseguró que ya tenía previsto dimitir después de los actos del Dos de Mayo para evitar que "la izquierda radical" se hiciera con el poder. Si bien, en Génova no tenían tan claro dicho extremo. Y el vídeo difundido por Okdiario precipitó los acontecimientos. La oposición achacó al PP la filtración de las imágenes y dirigentes del propio partido no descartaron ese fuego amigo. "La política da asco", soltó un veterano parlamentario del PP

En Génova llegaron a la conclusión de que la dimisión debía ser inmediata, antes de que Rajoy se topara con los periodistas en los pasillos de la Cámara Baja. La hora límite, las doce del mediodía. Cifuentes se reunió con su núcleo duro -esto es, con Ángel Garrido, Rosalía Gonzalo y Marisa González- en su despacho. Cospedal se trasladó hasta allí para hablar con ella y coordinar una respuesta. Rajoy no la telefoneó. Según algunas fuentes, se resistió a tirar la toalla en un primer momento. Pero desde el equipo del presidente le llegó un mensaje muy claro: la situación era "insostenible".

"Me llevé por error y de manera involuntaria, sin ser consciente de ello, unos productos por importe de 40 euros; me lo dijeron a la salida, los aboné en su momento y el asunto no tuvo mayor trascendencia", aseguró Cifuentes sobre lo que se ve en el vídeo de Okdiario, antes de anunciar su dimisión. Minutos después, Rajoy atendió brevemente a los periodistas en los pasillos de la Cámara Baja. Ni un solo mensaje de cariño. "Ha hecho lo que tenía que hacer" y lo que "era obligado en esta situación", dijo. "El PP a partir de ahora abre una nueva etapa en la Comunidad de Madrid", destacó.

Únicamente Juan Ignacio Zoido habló de Cifuentes como "una gran persona". El partido no le dio las gracias por sus servicios prestados. Ni rastro de mensajes públicos de apoyo de aquellos que la ovacionaron en la convención nacional de Sevilla. Los barones regionales enmudecieron. "Debió de irse mucho antes, y el escenario habría sido distinto. El vídeo es bochornoso", resumió un alto cargo popular.

Ahora, Rajoy tendrá que tomar decisiones. Ángel Garrido es el presidente en funciones de la Comunidad, pero en Génova no lo tienen claro y sopesan otros nombres para la Puerta del Sol. "Hay que romper con esta etapa", explicaron. Además, el PP podría imponer una gestora en caso de que Cifuentes -que mantiene el acta de diputada- se enroque y no quiera dejar la presidencia de la estructura regional. La figura de Fernando Martínez-Maillo se vio una vez más reforzada. "Se buscará una solución en los próximos días", aseveró públicamente el coordinador general sobre ambas cuestiones.

"A pesar de todo, a pesar de la dureza del momento y del dolor personal que yo siento, creo que mi padre se sentiría orgulloso y se siente orgulloso de mí", se despidió Cifuentes, intentando evitar las lágrimas. "He aguantado más de 35 días de una exposición permanente y de un linchamiento mañana, tarde y noche, por tierra, mar y aire", añadió. Nadie del PP le acompañó durante su breve intervención. "La tolerancia cero con la corrupción tiene un precio", remató, insistiendo en que ha sido víctima de una cacería política.

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