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Casado aspira a aglutinar a los afiliados que escapen del control del aparato

Monago anuncia su apoyo a Cospedal y Moreno a Santamaría. Ambas tienen el respaldo de la mayoría de barones provinciales. Aznar entra en campaña. 

Monago anuncia su apoyo a Cospedal y Moreno a Santamaría. Ambas tienen el respaldo de la mayoría de barones provinciales. Aznar entra en campaña. 
Cospedal logra el apoyo público de Monago | EFE.

A estas alturas de la campaña, parece evidente que el aparato del PP va por un lado y Pablo Casado por otro. En las últimas horas, Juan Manuel Moreno confirmó públicamente lo que era un secreto a voces, y mostró su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría. Desde Extremadura, José Antonio Monago dejó a un lado la neutralidad y apostó claramente por María Dolores de Cospedal. Los principales presidentes provinciales de la formación, decisivos en estas votaciones, se han ido decantando en las últimas horas por ellas.

En este contexto, Casado aspira a aglutinar el voto de protesta, el de aquellos afiliados que quieren un nuevo rumbo, y así superar el primer corte del 5 de julio. No lo tendrá fácil. Los líderes regionales y provinciales que se han decantado por Santamaría o Cospedal quedarían en una posición muy delicada en caso de que no ganen sus favoritas en sus territorios. "Claro que se están produciendo llamadas a los afiliados", reconocieron distintas fuentes. Y también están "los que llaman a las sedes para saber a quién deben votar". Génova tuvo que actuar en un "caso especialmente grave", aunque se desconocen los detalles.

"Yo soy el candidato de los afiliados", insistió Casado este lunes, intentando provocar una brecha entre los inscritos y el aparato. "Detrás de mi candidatura no hay ningún alto cargo, ningún barón autonómico, ningún barón provincial", sacó pecho en Toledo, territorio en el que el control de Cospedal es prácticamente absoluto. Su mensaje está calando especialmente en Madrid, pero también en zonas de Castilla y León o Baleares.

Según el mapa de apoyos que manejan distintos cargos del PP, Santamaría estaría muy fuerte en la Comunidad Valenciana, en partes de Andalucía -especialmente en Málaga y Huelva- y en Canarias entre otros territorios. Cospedal, por su parte, podría ser la primera en Extremadura, Asturias, Aragón y por supuesto Castilla-La Mancha. "Pero puede pasar cualquier cosa", insistieron las fuentes consultadas. "Me gustaría que el liderazgo de la mujer llegara al primer nivel", zanjó Rafael Hernando, excluyendo a Casado de la batalla final.

Aznar, protagonista de la campaña

En paralelo, José María Aznar se coló en la campaña sin tan siquiera abrir la boca, aunque tiene previsto dar una entrevista este martes en Onda Cero. Cospedal sugirió que el expresidente está detrás de la candidatura de Casado, y la cuestión rápidamente monopolizó el debate. "Las ideas que está recatando son las de Aznar. Está muy vinculado", se sumó José Manuel García-Margallo.

"Me extraña que personas que llevan 30 años haciendo política con Aznar, digan que soy su candidato. Estoy muy orgulloso de haber sido jefe de gabinete de Aznar y portavoz de Rajoy (…) No entiendo por qué otros candidatos reniegan de Aznar", se revolvió Casado. Si bien, cargos próximos a Cospedal, y también a Santamaría, recordaron "el daño" que el responsable de FAES ha hecho al todavía presidente del PP. "Incluso en el adiós de Rajoy fue desleal", en palabras de un exministro.

Por otro lado, la comisión organizadora del congreso rechazó celebrar el debate propuesto por Margallo el día antes de las urnas en Génova13. El 5 de julio se abrirán más de 1.000 sedes para las votaciones y serán los gerentes junto con los interventores de los distintos candidatos los encargados de velar porque haya "juego limpio". La COC espera dar el resultado en la misma noche electoral aunque sea tarde y fuentes de Génova corroboraron su temor a que ni tan siquiera todos los inscritos vayan a votar.

Tras la primera vuelta, varios barones aseguraron que insistirán en la necesidad de una "candidatura única" encabezada por el ganador de las primarias para evitar así que el partido llegue roto al congreso, aunque no hay ningún acuerdo cerrado en dicho sentido por parte de los tres principales candidatos. En caso contrario, los afiliados tendrán la última palabra en el congreso del 20 y 21 de julio.

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