Pablo Casado recuperó definitivamente a José María Aznar como referente del PP. Atrás quedaron los tiempos de Mariano Rajoy, cuando era tachado de "desleal" y se enfatizaba que era un afiliado más sin influencia en Génova13. El nuevo líder de la formación lo arropó en su vuelta al Congreso, y ensalzó su legado después de que se enfrentara durante cerca de cinco horas a las preguntas de los partidos sobre la presunta financiación ilegal durante el aznarismo. "Ha estado enorme", zanjaron en Génova.
Hacía mucho tiempo, muchísimo, que en el PP no se hablaba bien de Aznar. El deshielo comenzó inmediatamente después del triunfo de Casado, cuando lo recibió en su despacho en la séptima planta de Génova13. Desde diciembre de 2015, cuando fue sentado en un lateral en un Comité Ejecutivo, no pisaba la sede nacional. Pero la verdadera reconciliación llegó este martes: Aznar dejó de ser un apestado, y las críticas se convirtieron en elogios.
Casado encabezó la comitiva del PP que escoltó a Aznar, llamado a declarar en la comisión de investigación sobre la presunta caja B de la formación, que se celebró en la sala Cánovas de la Cámara Baja. Lo abrazó delante de todos, y antes y después de su trance parlamentario lo puso como ejemplo públicamente. "Esto es un despropósito. Estoy muy orgulloso de él y acudiré a recibirle al Congreso", dijo a primera hora en Cope. "Ha demostrado su honorabilidad y su legado de cinco millones de empleos en la etapa de mayor relevancia internacional", añadió tras su paso por las Cortes.
Tras Aznar también se situaron Teodoro García Egea, Dolors Montserrat y un batallón de diputados del PP. "Después de diez minutos de interrogatorio al presidente Aznar, ya hay algunos centros del PSOE que se arrepiente de haber solicitado su comparecencia", escribió el secretario general en las redes sociales. "Se le nota que no soporta a Iglesias" pero "menuda lección de política", en palabras de un cargo de Génova. "Un chute de energía para los nuestros, hemos escuchado lo que queríamos oír", añadió un alto cargo del partido. Cuando terminó, varios parlamentarios se acercaron a felicitarle. "Me lo he pasado muy bien, igual tengo ganas de volver y todo", comentó en charla informal con periodistas.
Mucho han cambiado las cosas en muy poco tiempo. El pasado 23 de mayo, también en el Congreso de los Diputados, el entorno de Rajoy se revolvía contra Aznar tras la detención de Eduardo Zaplana. "Además de que se pasa la vida criticándonos, encima tenemos que tragarnos la corrupción que ocurrió durante su época", se escuchaba en boca de miembros de la otrora dirección nacional. "Nos estamos comiendo su mierda", llegó a soltar un vicesecretario general. Casado, entonces, hacía equilibrios para no enfadar a uno ni a otro.
Todavía hoy, algún diputado recordó "los dardos" de Aznar y el daño que hizo Rajoy enmendando buena parte de su acción política. Pero lo hizo entre susurros, consciente del giro de los acontecimientos. "Si antes te miraban mal por ir a un acto de FAES, ahora lo malo es no salir en la foto con Aznar", afirmó entre risas un cargo del PP. Cabe destacar que algunos de los que hace apenas unos meses censuraban la "deslealtad" del expresidente, hoy siguen estando en puestos de responsabilidad y han tenido que asumir la nueva realidad.
"Estoy orgulloso de mi partido y de quienes lo han liderado, prestando un gran servicio a los españoles", destacó Casado, en relación a Aznar y Rajoy –con quien se reunió en Galicia a finales de agosto–. Si bien, por la vía de los hechos, ha enmendado en varias ocasiones a su antecesor, por ejemplo en materia educativa. "Tengo una magnífica relación con ambos y aspiro a que el partido del futuro vuelva a verlos juntos en un mitin", llegó a decir en pleno proceso de primarias. Una fotografía que, según las fuentes consultadas, podría llegar en la convención nacional que se celebrará a primeros de diciembre.