Coincidiendo con el cuarto aniversario de la consulta ilegal del 9-N, el expresidente catalán, Artur Mas ha reaparecido en TV3 para sacar pecho de que el primer acto de desobediencia no fue el de su sucesor, el fugado Carles Puigdemont, sino la consulta con urnas de cartón de 2014 y para poner en entredicho los apoyos con los que cuentan los separatistas para conseguir la independencia.
Para Mas, el referéndum pactado debe ser la prioridad y por eso pide a los suyos apostar por la vía más posibilista que pasaría por hacer lo que sea necesariopor mantener al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa. Ante el riesgo de una convocatoria electoral general, el expresidente Mas les dice a los suyos que es preferible "un presidente del Gobierno que diga desde la tribuna que no hubo rebelión", apoyándose en las declaraciones de Sánchez de hace unos meses, a un Gobierno encabezado por Casado/Rivera/VOX que "nos llame cada día criminales e insistan en el delito de rebelión".
Es la primera vez que desde el entorno independentista se empuja en público a salvar las cuentas generalespara poder seguir obteniendo concesiones por parte del Gobierno, ahora mismo enfocadas a dos frentes: por un lado, modificar, que es posible, en la fase final del juicio contra la cúpula separatista las acusaciones contra los presos –ahora los independentistas estarían en ésto–; y, en segundo lugar, conseguir el referéndum pactado que llevan años exigiendo.