"Alcémonos desde el primer día del juicio. Parémoslo todo. Paremos el territorio", este es el lema de la campaña que los radicales de la CUP y sus cachorros —Arran y Endavant— han presentado este martes para animar a una movilización permanente en toda Cataluña y que se activará el mismo día en el que comience la vista oral del juicio que se espera para el mes de enero, aunque el próximo martes 18 de diciembre arrancarán las cuestiones previas.
Sin esperar a las sentencias, tal y como ya venían amenazando, los radicales animan a hacer sacrificios personales para "hacer todo lo posible por paralizar Cataluña con incidencia en la vida económica y social". Eso significa, exigir a los ciudadanos que renuncien a asistir a sus puestos de trabajo para volver a tomar las carreteras además de trenes y aeropuertos e incluso cerrar los centros educativos. Una propuesta que va en línea con lo expresado este fin de semana por el fugado Toni Comín que llamaba a "salir a la calle y asumir costes personales". El próximo 19 de diciembre conoceremos todos los detalles del plan de los radicales en un primer acto convocado en el Teatro Poliorama en Barcelona.
El objetivo, han explicado diputados de la CUP en rueda de prensa este martes, es que la campaña sera un "boomerang democrático para denunciar un juicio de Estado carente de garantías". Insisten los radicales en que con nueve dirigentes separatistas en prisión preventiva y otros tantos fugados de la justicia, "el único camino pasa por detenerlo todo" antes de que el Tribunal Supremo emita una sentencia que para ellos, sería injusta.
Primer ensayo: la visita de Sánchez
Pero antes de la primera movilización de los radicales de cara al juicio contra la cúpula separatista en prisión habrá una especie de "ensayo general" en Cataluña. Será el próximo viernes 21 de diciembre como respuesta a la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Barcelona para celebrar un Consejo de Ministros.
La CUP también ha llamado a todos los ciudadanos a salir a la calle y boicotear esta visita el Ejecutivo central para dejar claro "que no son bienvenidos". Los CDR llevan días preparando este boicot del que el Gobierno autonómico de Quim Torra ha querido marcar distancia este martes aunque a la portavoz del Ejecutivo, Elsa Artadi se le ha escapado decir en rueda de prensa que están"en contacto permanente con los organizadores".