El Partido Popular cree que el Gobierno intenta torpedear su Convención Nacional, el primer gran acto de la era Casado, al desclasificar este mismo viernes más documentación sobre la denominada operación Kitchen. "No teníamos ninguna duda de que el Gobierno haría lo imposible para que no se hable de la Convención", afirmó públicamente Javier Maroto, que fue el encargado de visitar previamente las instalaciones de Ifema en las que se celebra el cónclave.
Pero ya avisó el vicesecretario de organización de que "vamos a mantener nuestro programa independientemente de las decisiones del Gobierno", lo que incluye la participación de Ignacio Cosidó, en el ojo del huracán, en una de las mesas de debate este sábado.
El propio Cosidó negó estar preocupado ante la posibilidad de más información que implique al polémico excomisario José Manuel Villarejo. "No tuve relación ni verbal ni por escrito con él", respondió a los periodistas a su llegada a la Convención. Según las fuentes consultadas, mantiene una interlocución fluida con Pablo Casado, al que le ha dicho que no hay nada de qué preocuparse. "Está muy tranquilo", afirman quienes han despachado con él.
Si bien, como ya hizo en esRadio hace semanas, Andrea Levy fue la encargada de dejarle muy claras las líneas rojas. "Desde luego, a mí, las cosas que escucho y que leo no me gustan mucho y no creo que tengan cabida dentro del PP", afirmó en la Cadena Ser. "Las siglas están por encima de las personas", aseguró. Maroto, en declaraciones a los medios, no fue tan lejos, pero aseguró que se actuará en caso de irregularidades. "Actuaremos con contundencia ante hechos probados" pero no antes, se reafirmaron en el entorno del líder del partido.