Pablo Casado dio un paso al frente y retó a Pedro Sánchez a debatir "donde quiera y con quien quiera" durante la campaña de las elecciones del 28 de abril. El formato no importa, según dijo en declaraciones a los periodistas. Acepta tanto un cara a cara con el jefe del Ejecutivo como un debate en el que también participen Albert Rivera, Pablo Iglesias e incluso Santiago Abascal.
La posición de Casado dista mucho de la de Mariano Rajoy, que se resistía a esta fórmula. En la última campaña, fue Soraya Sáenz de Santamaría la que se encargó del debate a varias bandas y Rajoy únicamente aceptó un rifirrafe con Sánchez.
En un encuentro con simpatizantes en Torrejón de Ardoz, el líder de la oposición instó a Sánchez a "dar la cara" en lugar de "hablar tanto de sí mismo y escribir libros". Fue, por cierto, muy crítico con el presidente por desvelar conversaciones con el Rey en su Manual de resistencia. Un debate "donde le apetezca", insistió, no sin asegurar que el PP "tiene la razón" a la hora de cargar contra el Ejecutivo. "El Gobierno ha cedido a las presiones y a los chantajes de los que quieren romper España", se reafirmó.
Y avisó a navegantes: "Lo que le viene bien a Bildu y Batasuna es que siga gobernando Sánchez. Nosotros no queremos que en España gobiernen ni Torra, ni comunistas de Podemos, ni Otegi, un terrorista confeso que secuestró y fue miembro de ETA".
En relación a Ciudadanos y a Vox, Casado volvió a advertir de que votar a dichas formaciones podría no materializarse en un escaño, que iría a parar a PSOE o a Podemos. Además, sugirió que no se cree a Albert Rivera cuando dice que no pactará con Pedro Sánchez, toda vez ya cambió de opinión en 2016. "Saquen la garra popular", les pidió a sus simpatizantes, con Isabel Díaz Ayuso a su lado.