En plena precampaña Vox pretende repetir el éxito de Vistalegre, donde consiguieron reunir a 10.000 personas, con un gran acto en el Palau Sant Jordi de Barcelona con capacidad para 17.000 personas. "Una apuesta arriesgada", según reconocen fuentes del partido, por las dificultades para llenar el aforo.
El partido se muestra convencido de conseguir llenar el recinto, a la vista de lo ocurrido en los últimos eventos que han venido organizando desde hace varios meses y en los que siempre acaban colgando el cartel de no hay billetes. Sin embargo, en esta ocasión, el primer escollo será sortear el boicot que desde el PSC están promoviendo contra el acto.
El líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, ha pedido a la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, que no permita el acto de Vox del próximo 30 de marzo en el Palau Sant Jordi, porque asegura que "es obvio que la cesión de un espacio público se tiene que regir por principios democráticos como la libertad de expresión, pero también por el respeto a la diferencia y a la pluralidad. El discurso de odio no debe tener cabida en los espacios públicos de una ciudad como Barcelona".
Unas palabras que han obtenido la rápida respuesta del presidente de Vox, Santiago Abascal, a través de Twitter donde ha escrito: "El PSC es un partido totalitario que dice a quién pertenece el espacio público, ese espacio público que siempre ha entregado al separatismo del que son tontos útiles hace décadas. Estaremos en Barcelona el día 30 de una manera o de otra, con vuestro permiso o sin él, estalinistas".
Fuentes de Vox aseguran a Libertad Digital que la reserva del Palau Sant Jordi se realizó hace más de un mes y que ya se ha abonado el dinero para disponer de este espacio.