A poco más de dos semanas para el inicio de la campaña electoral, las principales fuerzas independentistas (ERC y JxCAT) empiezan a dar por hecho que las intenciones del PSOE pasan por entenderse con los de Albert Rivera para la formación de un futuro gobierno –si dan los números– tras las elecciones generales del 28 de abril. Un hipotético acuerdo que "sería un pacto letal para Cataluña y una puerta abierta para convertir a Inés Arrimadas en ministra con los votos de los catalanes", ha advertido el diputado de JxCAT, Eduard Pujol.
Ante lo que supone una auténtica amenaza para el separatismo, el dirigente del partido del fugado Carles Puigdemont ha pedido el voto para sus siglas para convertirse en "decisivos" de cara a la formación del nuevo Gobierno y, por lo tanto, en una opción real para mantener a Pedro Sánchez en la Moncloa. Aunque las condiciones para ofrecerle sus votos serán las mismas, no van a renunciar a un referéndum pactado y menos con un perfil mucho más radicalizado en Madrid, en el separatismo confían en recuperar "la cara más amable del PSOE con Cataluña".
Pujol ha insistido en que un buen resultado de JxCAT en las elecciones generales puede evitar una nueva aplicación del artículo 155 en Cataluña: "El tripartito ultra es apoyar el 155 por la vía heavy, y votar al PSOE, si acaba sumando con Ciudadanos, sería el 155 con anestesia" y ha señalado que le consta que sigue habiendo un PSOE partidario de sentarse a dialogar con Cataluña.
En ERC también están convencidos de que "la amenaza real" es la de una futura suma de escaños entre los de Sánchez y Rivera y no un posible pacto a tres entre PP, Cs y Vox. "Lo otro es un frente ficticio para no hablar de lo que verdaderamente puede pasar demoscópicamente, que es el pacto PSOE-Cs", ha dicho el diputado Gabriel Rufián alertando de que éste hipotético acuerdo de Gobierno sería "tan nocivo o más para Cataluña que un pacto entre PP, Cs y Vox".