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Qué hay de cierto en la propuesta del 1+1+1 para el Senado

A unos días de las elecciones, aparecen iniciativas que buscan evitar que el PSOE tenga mayoría en la Cámara Alta.

A unos días de las elecciones, aparecen iniciativas que buscan evitar que el PSOE tenga mayoría en la Cámara Alta.
Imagen del interior del Senado durante un pleno. | @Senadoesp

Esta extraña campaña electoral que vivimos desde hace casi dos meses ha tenido dos invitados sorpresa: WhatsApp y el Senado.

¿Quién no ha sufrido (o disfrutado, eso va en los gustos) los mensajes del amigo pesado que te masacra con 4-5 fotos o frases de su candidato favorito cada día? ¿O con los memes más humillantes del contrario? ¿Hay alguien que no se haya salido de un grupo (o al menos lo haya silenciado) para evitar el proselitismo del compañero pesado?

Sin embargo, aunque nos quejemos, los vemos. Sí, vemos los mensajes e influyen en nosotros, para bien y para mal. De hecho, los partidos lo saben y por eso cada día usan más este medio de comunicación, que es muy efectivo: llega a casi toda la población, lo revisamos varias veces al día, tiene la ventaja de que aquellos que nos mandan los mensajes suelen ser personas en las que confiamos…

El segundo convidado inesperado ha sido el Senado. Nunca antes se había hablado de la Cámara Alta en España. Y lo poco que se hablaba era, casi siempre, para pedir que se cerrase o para preguntarse qué hacen y cuánto cobran los que ocupan sus escaños. En esta ocasión es diferente, por dos motivos: el primero es que la Constitución le reserva al Senado una de esas tareas que cuando se redactó nadie pensó que iba a tener que aplicarse nunca. Y todavía más, nadie se planteó las implicaciones que tendría que se aplicara como se redactó. Hablamos, por supuesto, del artículo 155, que dice así:

  1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
  2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.

La segunda razón por la que el Senado ha cobrado tanta relevancia es el peculiar sistema de elección de sus integrantes: aquí elegimos senadores, no listas cerradas. Todos lo sabemos, pero no siempre pensamos en las implicaciones que esto tiene: en teoría podemos marcar a un candidato del PSOE, otro del PP y otro de Ciudadanos. Aunque no es muy habitual que lo hagamos. De hecho, como nunca le habíamos dado mucha importancia a quien tenía mayoría en esta Cámara (y eso es, no nos engañemos, porque en circunstancias normales no la tiene), los electores españoles no pensábamos demasiado en estas cosas al llegar al colegio electoral: la mayoría metíamos la papeleta de nuestro partido preferido en el sobre correspondiente al Congreso y luego marcábamos las tres cruces junto a los candidatos de ese mismo partido para el Senado.

Y al final, casi siempre, los resultados eran similares en una y otra cámara. No siempre y a veces con diferencias llamativas: por ejemplo, en esta última legislatura, el PP tenía mayoría absoluta en el Senado y, como bien sabe Mariano Rajoy, ni mucho menos puede decirse lo mismo en el Congreso. Eso sí, como decimos, en la práctica y para la mayoría de las leyes, esos resultados diferentes no son demasiado relevantes (si acaso, retrasan algunas iniciativas legislativas, pero poco más).

El 1+1+1

En los últimos días quizás haya recibido usted un mensaje de Whatsapp que le alerta sobre todo esto. El famoso vídeo del 1+1+1. Es una iniciativa que no se sabe muy bien de dónde parte: algunos dicen que de Vox, aunque desde el PP señalan al PSOE.

El resumen del vídeo sería el siguiente:

  • En la mayoría de las provincias españolas, el centro-derecha será mayoritario
  • Sin embargo, como el voto de izquierdas está más concentrado, el primer partido será el PSOE
  • Es decir, en muchas (¿la mayoría?) circunscripciones, el resultado será del tipo: PSOE 28% - PP 25% - Cs 18% - Vox 15% - Podemos 12% [todas las cifras de este artículo son a efectos explicativos, no corresponden a ninguna encuesta o previsión]
  • En un caso así, si todos hacemos lo que hemos hecho siempre (marcar para el Senado las casillas que corresponden al partido al que apoyamos en el Congreso), el PSOE ganará en la mayoría de las provincias
  • Como los que reciben el escaño son los cuatro senadores con más votos de cada provincia, el resultado más habitual será: PSOE 3 – PP 1 (el número de senadores cambia en Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla: ver aquí el detalle exacto)
  • Resultado global: mayoría absoluta del PSOE en el Senado
  • Propuesta de los que han hecho el vídeo: que todos los votantes del centro-derecha repartan sus cruces. Es decir, que todos ellos marquen al primer candidato del PP – Cs – Vox
  • De esta manera, estos tres senadores recibirían el 58% del voto en esta provincia [en nuestro ejemplo hipotético]
  • Si esto se logra en muchas provincias, el centro derecha tendría mayoría absoluta en el Senado y la aplicación del artículo 155 no estaría en manos del PSOE

¿Es esto cierto? ¿Hay que dividir el voto? ¿Merece la pena?

Empecemos por el principio y por una obviedad: el 1+1+1 funciona en teoría. Es decir, si todos los votantes de PP, Cs y VOX hicieran lo que dice el vídeo, en la gran mayoría de las provincias ocurriría lo que dice el vídeo: ganaría el centro-derecha. De hecho, ni siquiera es necesario que todos lo hagan, basta con que siga las instrucciones un porcentaje significativo.

En nuestro ejemplo, si el 35% de votantes de centro derecha lo hace, lo que ocurre es lo siguiente:

  • El candidato número 1 del PP mantiene el 100% de sus votantes y le suma el 35% de VOX y de Cs. Con esas cifras, alcanza el 36,55% del voto y es el senador más votado de la provincia
  • El candidato número 1 de Cs mantiene el 100% de sus votantes y le suma el 35% de PP y Vox: obtiene el 32,00% del voto y también supera al PSOE
  • El candidato número 1 de Vox mantiene el 100% de sus votantes y les suma el 35% de Cs y PP: logra el 30,05% del voto y supera al PSOE
  • Resultado con esta hipótesis: el PSOE, que iba a ganar 3 a 1, pasa a perder 3 a 1 frente a los partidos de centro-derecha

En estos casos, el problema es de coordinación. Nadie puede controlar cómo votarán el resto de electores. ¿Votarían los simpatizantes de Cs a un candidato de Vox? ¿En todas las provincias? ¿Y los de Vox a Cs? ¿Y cómo se vigilan unos a otros para comprobar que no se hacen trampas: es decir, que uno dice "Vota al mío y yo voto al tuyo"… y luego ellos votan al suyo? Es muy complicado responder a este tipo de preguntas y que los votantes se coordinen.

Por eso, este tipo de estrategias tienen mucho más sentido si los partidos se ponen de acuerdo y lanzan un mensaje unitario. Por ejemplo, PP-Cs-Vox podrían haber lanzado el 1+1+1 a la hora de elaborar las listas: retirando cada uno dos senadores o, directamente, con una lista conjunta. Quizás entre los tres era más complicado, pero un acuerdo PP-Vox o PP-Cs también habría tenido un enorme efecto en muchas provincias.

También es cierto que las listas conjuntas tienen sus riesgos: puede haber votantes de Ciudadanos que dejen de votar a ese partido si ven una identificación muy estrecha con Vox (o al revés) ; o votantes del PP que no quieran saber nada de Ciudadanos o Vox... Además, ese efecto negativo puede tener consecuencias no sólo para el Senado. Por ejemplo, en las elecciones del año 2000, el PSOE de Joaquín Almunia llegó a un acuerdo con IU para ir en listas conjuntas al Senado en 27 provincias: no sólo no consiguieron su objetivo en esta Cámara, sino que su resultado en el Congreso fue muy malo (algo que muchos analistas atribuyeron al miedo de votantes socialistas ante el pacto con los comunistas).

En cualquier caso, ahora mismo esa opción (lista conjuntas o retirada de candidatos) es imposible. Si pensamos en los partidos, la mejor alternativa sería que los líderes de las tres formaciones del centro-derecha se lo pidieran directamente a sus electores, con un mensaje claro. Y no parece probable que eso ocurra antes del domingo.

La otra opción es que la sociedad civil se organice (esos mensajes de Whatsapp de los que hablábamos antes): es complicado, pero si un porcentaje suficiente de votantes de centro-derecha se lo cree... podría salir.

Eso sí, no se puede obviar que también puede tener el efecto contrario. Por ejemplo, imaginemos esas provincias poco pobladas de las dos Castillas o de Galicia donde el PP es muy fuerte. Allí, incluso a pesar de la pujanza de Vox y Cs, los populares le disputan el primer puesto a los socialistas. Pensemos en una circunscripción en la que PSOE y PP están luchando por ganar cada uno con el 30-32% del voto. También aquí el 1+1+1 funcionaría si todos lo hacen… pero no todos lo harán. En una provincia con un reparto como éste, lo que puede ocurrir es lo siguiente:

  • El PP iba a ganar 33 a 30% al PSOE y a quedarse con los tres senadores
  • Un 20-25% de los votantes populares optan por el 1+1+1
  • También lo hacen un 20-25% de los votantes de Cs y VOX
  • Resultado: el candidato 1 del PP sale ganador por más diferencia que antes
  • Los candidatos 2 y 3 del PP pierden votos en favor de los cabezas de lista (si les podemos llamar así) de Cs y VOX
  • Pero los cabeza de lista de Cs y VOX no llegan al 30% del PSOE. Recuerden: no todo el mundo hace el 1+1+1, sólo el 20-25% de los votantes siguen esa norma
  • En este supuesto, es el PSOE el beneficiado: ahora obtiene tres escaños por uno del PP

En resumen, es casi imposible saber cómo afectará el 1+1+1. Depende de la provincia: por ejemplo, en aquellas en las que el PP esté muy cerca del PSOE, quizás más que 1+1+1 lo que tendría sentido para el centro-derecha es concentrar el voto en los populares (para que no pase lo apuntado en nuestro segundo ejemplo).

En las provincias en las que el PSOE tenga todas las de ganar, lo normal es que el 1+1+1 no salga... pero también puede pensarse que precisamente por eso mismo no hay nada que perder. Es decir, los electores de centro-derecha pueden pensar: "El 3-1 a favor del PSOE ya lo tenemos... Vamos a votar con 1+1+1 y a ver si hay suerte. Si muchos lo hacemos, lo lograremos".

¿La duda? Saber si uno vota en el primer tipo de provincia o en el segundo. ¿Cómo intuir esto? ¿Se fía uno de las encuestas? ¿Por los resultados de elecciones anteriores?

El llamado que hacen los partidos al voto útil es casi siempre tramposo. Sin saber los resultados es muy complicado, antes de las elecciones, calcular si merece la pena votar a un partido o escoger la segunda opción (no la que más te gusta, pero sí una que tiene más opciones de salir).

También es verdad que el cálculo de ese voto útil tiene muchísimo más sentido en el Senado que en el Congreso. En la Cámara Alta, por el sistema de votación que hemos explicado, tiene cierta lógica agrupar el sufragio o hacer este tipo de cálculos. El domingo será el momento de comprobar si han surtido efecto. ¿Un Senado con 40-45 senadores de cada uno de los tres partidos de centro-derecha? Si ése es el resultado, habrá que felicitar al autor del vídeo (sea quien sea). Si no, todos los partidos se echarán en cara que fue el egoísmo del contrario el que hizo posible que Pedro Sánchez controle la Cámara Alta.

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