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Colau se corre una juerga en plena oleada de crímenes en Barcelona

Atraco con violencia al embajador de Afganistán, el último episodio de la inseguridad en la capital catalana.

Atraco con violencia al embajador de Afganistán, el último episodio de la inseguridad en la capital catalana.

En plena crisis de inseguridad en Barcelona y a pocas horas del homenaje a las víctimas de los atentados islamistas del 17-A en Barcelona y Cambrils, la alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau, no tuvo reparo alguno en dejarse grabar de fiesta en un bar del barrio de Gracia. Recién aterrizada en la ciudad tras sus vacaciones, Colau se fue al citado barrio, que celebraba sus fiestas patronales y se mostró de lo más distendida en uno de sus establecimientos hosteleros, el bar Pietro.

La alcaldesa, que horas antes había calificado de "hechos puntuales" los homicidios, apuñalamientos y robos registrados en las últimas semanas en la ciudad, se divirtió junto a un grupo de amigos. Una de la personas que le acompañaba no tuvo el menor empacho en llamarla "borracha", tal como recoge el vídeo que corre por las redes sociales, mientras la primera autoridad municipal se servía una cerveza en un vaso de plástico.

Más sucesos

A la misma hora en la que transcurría la fiesta de Colau, un grupo de turistas alemanes fue apaleado en la Barceloneta por unos carteristas que les robaron móviles y relojes. Una de las víctimas tuvo que ser ingresada en el hospital con una fractura en la pierna. La crónica de sucesos también recoge el atraco del que fue víctima el embajador de Afganistán, al que unos ladrones acorralaron para robarle el reloj en el barrio del Raval. Es el segundo miembro de un cuerpo diplomático que sufre un atraco en Barcelona este verano. A finales de junio, falleció una política de Corea del Sur que sufrió un tirón. A consecuencia de la violencia del robo, la mujer cayó al suelo y se golpeó la cabeza contra el pavimento.

Colau no ha hecho más comentarios sobre la inseguridad en Barcelona. En cambio, ha polemizado en Twitter con Matteo Salvini por la crisis del Open Arms y ha censurado que el presidente en funciones, Pedro Sánchez, ofreciera Algeciras como puerto de acogida del barco. De la fiesta en Gracia no ha dicho nada. Sí que habló en cambio de su derecho a tener vacaciones al ser cuestionada por abandonar la ciudad mientras crecía la inseguridad.

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