La Consejería de Educación de la Generalidad Valenciana, regida por Vicent Marzà, de Compromís, ha puesto en marcha un grupo de "asesores lingüísticos" y una nueva herramienta, un cuestionario de 32 preguntas, para controlar el uso del valenciano en los colegios, ya sea en el comedor, en la graduación de los alumnos o, incluso, en las fiestas escolares y en las reuniones de padres y madres, según informa ABC.
En julio, el director general de Política Lingüística, Rubén Trenzano, se reunió con los responsables de la entidad Escola Valenciana, quienes reivindicaron "contar con un mayor número de asesores lingüísticos" con el objetivo de "facilitar más información al equipo docente y aclarar las dudas que las familias puedan tener, por ejemplo, en relación a la idoneidad de matricular a los niños en escuelas que garanticen más asignaturas en valenciano".
La medida está inspirada en el espionaje en los patios de colegio tolerado por la Generalidad de Cataluña para saber si los alumnos hablan en catalán o en castellano. En este sentido, Escola Valenciana se llevó un premio de la Plataforma per la Llengua, la organización acusada de espiar en los colegios catalanes.
El portavoz de la Federación Provincial de Apas (FAPA), Gabriel Miró, declara en el diario de Vocento: "Los asesores lingüísticos llevan un par de años, según ellos, asesorando. Pero la versión del profesorado es que les obligan a que los carteles del centro estén en valenciano, se quiten en castellano, que se les hable en los pasillos en valenciano a los niños".