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JxCat prepara su artillería: cree que ERC dará la investidura a Pedro Sánchez aunque no se reúna con Torra

Los posconvergentes censuran que ERC hable con el PSOE mientras hay "represión" judicial y esperan poder aprovecharse de las cesiones de Esquerra.

El comienzo de las negociaciones entre el PSOE y ERC para la investidura de Pedro Sánchez ha puesto en estado de máxima alerta a los dirigentes de Junts per Catalunya (JxCAT), quienes dudan de la capacidad de los comisionados republicanos y recelan de la predisposición al diálogo de los socialistas. Los posconvergentes consideran que la constitución de una "mesa de diálogo" es un precio muy bajo y que el reconocimiento socialista de que en Cataluña hay "conflicto político" en vez de un problema de convivencia es una concesión retórica sin ninguna consecuencia.

La consigna en JxCAT es aprovechar el inevitable acercamiento de ERC a los socialistas, agudizar las contradicciones republicanas al negociar con el PSOE mientras hay "presos políticos" y "exiliados" –según la terminología separatista– y sacar el máximo rendimiento de cara a la celebración de las próximas elecciones autonómicas.

Los herederos de Convergencia juzgan imposible que el PSOE se avenga a montar una reunión bilateral entre gobiernos antes de la investidura, lo que ya supondría incumplir uno de los requisitos expuestos por ERC para negociar con el PSOE. Pero también están convencidos de que los republicanos harán la vista gorda para no torpedear la investidura. Y ese será el momento en el que JxCAT saque toda su artillería contra el acuerdo entre socialistas y republicanos, pero salvaguardando el acuerdo de gobierno en la Generalidad.

Casos abiertos

De momento, en JxCAT se limitan a constatar que el comienzo de las negociaciones no tiene ningún efecto en la actividad judicial y destacan cuatro hechos: la citación del Tribunal de Cuentas a fugados, encarcelados e investigados; las denuncias contra los alcaldes de las localidades gerundenses de Celrá y Verges por su supuesta participación en un corte en las vías del Ave; que el juzgado de instrucción número 13 acaba de imputar a cinco cargos más de la Generalidad por el referéndum ilegal del 1-O; y la investigación de otro juzgado de Barcelona respeto a las subvenciones concedidas por Laura Borràs, cabeza de cartel de JxCAT en el Congreso, a un amigo durante su etapa al frente de la Institución de las Letras Catalanas.

Reunión de gobiernos

Los posconvergentes sostienen que cualquier inicio del diálogo debería aparejar el cese de lo que llaman "represión" y de momento entienden que no se dan las circunstancias y que ERC ha abaratado en exceso el apoyo a los socialistas.

Así dan por descontado que no será necesario que Pedro Sánchez se reúna con Quim Torra antes de la investidura, a pesar de las declaraciones en sentido contrario del vicepresidente regional Pere Aragonès, quién puso como una de las condiciones el diálogo bilateral entre gobiernos y que Sánchez desagraviara a Torra tras no atender ninguna de sus llamadas durante los días de los disturbios tras la sentencia. Posteriormente, Aragonès matizó sus propias palabras. Las declaraciones del sucesor de Junqueras apartando a Torra de las negociaciones han provocado que este viernes Laura Borràs abriese fuego contra él tachándole de "desleal". Lo ha hecho en una entrevista en la revista catalana Mirall donde ha añadido que "ningún catalán debería despreciar a la máxima institución".

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