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Puigdemont pone caducidad a Torra y asegura que no vuelve a España por "no provocar"

El expresidente catalán apuesta por una convocatoria de elecciones en cuanto se confirme la inhabilitación.

El expresidente catalán apuesta por una convocatoria de elecciones en cuanto se confirme la inhabilitación.
Carles Puigdemont y Quim Torra en la reunión sobre su posible inhabilitación | EFE

A las 21:00 horas pronunciará este jueves Quim Torra su último mensaje institucional con motivo de la Diada al frente del Ejecutivo catalán. En una semana, tendrá que sentarse en el banquillo del Tribunal Supremo que revisará su condena de inhabilitación por desobediencia. Esta noche no se esperan anuncios en clave electoral, pero Torra tiene hasta 3 oportunidades más si quiere adelantarse al Supremo y que los comicios se celebren antes del mes de diciembre, como esperan en ERC, aunque sus cálculos apunten ya a febrero.

La siguiente será la próxima semana, días antes de su vista en el Supremo, en el debate de política general que el independentismo pretende agendar los días 16 y 18, es decir, que Torra intervendrá ante la cámara el día previo y posterior a su declaración en el Supremo y ahí podría aprovechar para hacer este anuncio de elecciones y arrancar una campaña electoral marcada por el simbolismo de su inhabilitación.

El próximo 23 de septiembre, tiene de nuevo una cita en el TSJC por una segunda causa por desobediencia y Torra también podría esperar a este día –aunque es menos probable– para convocar elecciones, ya que no se espera que la sentencia de inhabilitación ratificada por el TS se le haya sido notificada tan pronto. En cualquier caso, se espera que su defensa opte por recurrir a toda una batería de recursos para dilatar al máximo su salida de la Generalidad.

ERC se aparta de la "vía Venturós"

Sin embargo, en el Palau nadie espera ya unas elecciones antes de 2021 mientras los más afines al todavía president perfilan una fórmula exprés para conseguir que siga al frente del ejecutivo autonómico sin volver a poner en peligro su futuro judicial. Algo así como la llamada "vía Venturós" que le aseguraría una presidencia simbólica evitando que tomen ventaja en el Gobierno sus socios de ERC.

Una opción de la que los de Junqueras no quieren ni oír hablar pero que esta mañana, el fugado Carles Puigdemont también ha querido avalar públicamente aunque acompañada de un adelanto automático de elecciones. "Me gustaría agotar la legislatura, es la opinión que he trasladado al presidente Torra. Pero en caso de inhabilitación, una manera de no acatarla sería no presentar a un candidato alternativo", ha dicho Puigdemont en Rac1.

Es decir, que Puigdemont, no otorga de plazo a Torra más allá del mes de febrero para que se puedan celebrar las próximas elecciones. Esto ocurriría siempre y cuando en los 10 días siguientes a ser efectiva la inhabilitación a Torra no se presentara a ningún candidato para investir en el Parlamento ni tampoco durante los dos meses siguientes que empezarían a contar tras agotar este primer intento. Puigdemont ya ha trasladado a Torra su deseo de que no intente dilatar el calendario hasta agotar la legislatura recurriendo a la figura de un conseller en Cap.

Sobre el papel que le espera a Pere Aragonès si no prospera una investidura en el Parlamento en los días siguientes a la inhabilitación a Torra, Puigdemont ha puntualizado que "no sería presidente interino porque esa figura no existe. Es un vicepresidente que asume las funciones hasta que haya otra investidura". El propio Aragonès, en otra entrevista en TV3 también se ha opuesto a una "interinidad excesiva".

"Volver por provocar, no tiene sentido"

El fugado también ha querido hablar sobre su posible regreso a España un mes después de que en una entrevista en TV3 afirmase que "si yo me presentara y el Parlamento me invistiera, claro que iría". Sin embargo, ahora el fugado ha cambiado de opinión y reconoce que la vuelta a Cataluña, tanto suya como del resto de fugados que le acompañan en Bélgica, no sería tan sencilla.

"No, no he pensado en coger el coche e ir a casa. Pero sí que piensas: ¡qué fácil que sería! Sabíamos que era fácil pasar la frontera, cómo estaban los controles. No habría sido nada difícil entrar. Salir habría sido otra cosa. Pero al final, esta acción debe formar parte de una estrategia política, porque entrar por entrar o para provocar no tiene sentido", ha dicho Puigdemont, que tampoco ha querido aclarar su posible concurrencia como candidato.

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