Pedro Sánchez ha conseguido lo que no logró en la anterior legislatura y le permitirá aguantar hasta 2023 en el Palacio de la Moncloa: sus primeros Presupuestos Generales del Estado. Aunque no se trata de su aprobación definitiva, la luz verde de este jueves supone pasar el filtro del Congreso de los Diputados justo antes de llegar al Senado para volver nuevamente al Congreso el día 29 de diciembre, día de su aprobación final.
Tras cuatro días de intenso debate en la cámara baja, las cuentas públicas han sido aprobadas por 189 escaños, 13 más que la mayoría absoluta, y 22 más que los logrados por el presidente Sánchez en su sesión de investidura en enero de 2020. El respaldo por parte de 11 formaciones políticas ha contado con los votos de la coalición PSOE y Podemos mas la alianza Frankenstein: ERC, PNV, Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, Nueva Canarias, PRC y Teruel Existe. Y han cosechado el rechazo de 9 formaciones políticas: PP, Vox, Ciudadanos, JxCAT, CC, UPN, BNG, Foro Asturias y la CUP.
"Una nueva era"
Un hito que ha desbocado el ánimo de la coalición de Gobierno PSOE y Podemos, pero más aún de sus socios que han proclamado "una nueva era" en la política española.
Así lo solemnizó uno de los más beneficiados del pacto presupuestario, el republicano Gabriel Rufián, recordando cuando los gobiernos populares y socialistas "pactaban y acordaban cómodamente con el partido de derechas catalán y el PNV. Hoy eso ha cambiado. Hoy el Gobierno debe pactar obligadamente con el independentismo de izquierdas vasco y el independentismo de izquierdas catalán. Es una nueva era".
Una euforia nada contenida que se traslució incluso en los exabruptos que dedicó a "aquí parecía que se iba a quemar este país si había un Gobierno con Unidas Podemos y tenemos a los 40 o 45 anormales de siempre en Galapagar y ya está. Y ya está".
Podemos se suma a la euforia
Una idea y unas formas que suscribieron sus mentores en el Gobierno, los miembros de Podemos en dos momentos distintos. Primero en palabras de Rafael Mayoral, entonando su particular versión del "sí, se puede".
"Es posible. Nos dijeron que muchas cosas eran imposibles. Que este Gobierno era imposible, que estos presupuestos eran imposibles. Muy bien, pues queremos decirles que la principal inversión de este presupuesto es contra el odio y el miedo". Y, en segundo lugar, el portavoz de Podemos, Pablo Echenique, quien quiso provocar a las derechas advirtiéndoles de que "estos presupuestos inauguran también una nueva etapa política en España" y "consolidan una mayoría que deja matemáticamente claro que ustedes, los del trío de Colón, no pintan nada en la gobernabilidad de España y que garantiza que el Gobierno de coalición tiene y tres años de trabajo por delante, y posiblemente muchos más".
Añadió que trata de "empatizar" con ellos "que rompieron a trío y a martillazos la placa de Largo Caballero, ¡Cómo no van a estar ustedes rabiosos!". Y se permitió aconsejarles que "dosifiquen y no gasten toda la rabia tan rápido que aún queda mucho. No parece prudente que ustedes se quemen en el primer año. Dosifiquen un poco porque aún van a tener que digerir la aprobación definitiva de la Ley de Eutanasia, la Ley Trans, la derogación de la reforma laboral del PP, la Ley de la Memoria Histórica, la regulación de los alquileres, varias subidas del salario mínimo, una reforma fiscal para que paguen más las grandes fortunas y acabar también con los países fiscales interiores".
Y esto, advirtió, "esto son solamente de aperitivo". Les incitó a "seguir fantaseando con meternos en prisión sin pruebas e ilegalizar a los partidos que no les gustan". Envalentonado con la aprobación de las cuentas, Echenique animó a las derechas a que "sigan insultándonos, sigan acusándonos de barbaridades, difundiendo bulos, alimentando a sus terminales mediáticos para que nos difamen, sigan intentando tumbar al Gobierno por la vía judicial...".
Un mensaje apuntalado por la negociadora socialista, la portavoz Adriana Lastra, como guardiana de las esencias de la izquierda y enterradora de las esperanzas de la derecha: "Abandonen toda esperanza, señores de la derecha porque hay gobierno para rato , ¡para muchos años!", dijo entonando una vez más la evidente consigna gubernamental.
Montero ejerce de 'poli' bueno
En su papel de poli bueno, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ignoró las afrentas y las palabras altisonantes y defendió que "nunca antes estos PGE se tenían que haber dialogado con tantas formaciones políticas" y "nunca antes la gran parte de las formaciones políticas habían hecho un acto de generosidad para dejar a un lado los intereses partidistas de sus siglas para anteponer los intereses generales de España y sus ciudadanos". "PP, Vox y Ciudadanos no han sabido entender el momento que vive nuestro país".
Preguntada por las palabras de Gabriel Rufián proclamando "una nueva era", miró para otro lado asegurando que el Gobierno sigue aspirando a "sumar el mayor número de formaciones posibles".