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Sánchez castiga a Iglesias sin reuniones de coordinación por su "política de filtración y ruido"

Tensión máxima en la coalición. Fuentes de Moncloa adelantan que llevan dos semanas sin maitines ni reuniones entre Iglesias y Sánchez.

Tensión máxima en la coalición. Fuentes de Moncloa adelantan que llevan dos semanas sin maitines ni reuniones entre Iglesias y Sánchez.
Discusión en los pasillos del Congreso entre Pablo Iglesias y María Jesús Montero. | EuropaPress

La coalición de gobierno vive sus peores momentos desde su creación. De poco han servido las llamadas a la calma de los ministros del ala socialista que este mismo martes pedían a Podemos un alto el fuego en las múltiples trincheras —hasta siete: comisión del Rey, comparecencia de Villarejo, SMI, pensiones, Marruecos, Otegi, desahucios y cortes de suministro— porque, lejos de la "tranquilidad y la prudencia" recomendada la víspera, la tensión ha batido récords este miércoles.

Como muestra, el encontronazo entre la ministra portavoz, María Jesús Montero, y el vicepresidente, Pablo Iglesias, en los pasillos del Congreso en donde se escuchó la siguiente frase de Montero a Iglesias: "No seas cabezón". Entre aspavientos de la portavoz y movimientos airados del vicepresidente, ambos miembros del Gobierno se enzarzaban en una acalorada conversación en una de las salas contiguas al Hemiciclo con los fotógrafos y cámaras de televisión como testigos retratando el insólito momento.

Ribera 'ignora' a Belarra, según Podemos

Una imagen que retrata la bronca que se vive en estos momentos en el Gobierno y que se ilustra con otro gráfico ejemplo que dejaba a la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, "sorprendida y extrañada". Anoche, Podemos emitía un comunicado de fuentes —su procedimiento habitual—, en el que denunciaban la negativa reiterada de Ribera a "cogerle el teléfono a Ione Belarra", secretaria de Estado para la agenda 2030 y número dos de Iglesias, lo cual forzaba la esperada conversación telefónica con su departamento para tratar el asunto de los cortes de suministro.

A su llegada al Congreso, la vicepresidenta cuarta reconoció que "me pilló por sorpresa alguna declaración un poco extraña ayer" a cuenta de los cortes de suministro, agua, luz y gas, que es "un trabajo serio que requiere un acuerdo con CCAA y ayuntamientos". Aunque, tras haberse producido la interlocución con Podemos, intentó hacer de tripas corazón manifestando que "creo que no tiene mayor importancia, seguro que nos ponemos de acuerdo" porque "hay completa convicción por parte del conjunto de los integrantes del Gobierno sobre la necesidad de reforzar todos los mecanismos y que los consumidores vulnerables estén tranquilos".

Filtración y ruido

Tranquilidad es precisamente lo contrario de lo que destila el Ejecutivo y los partidos que lo integran. Desde la dirección morada se vanagloriaban esta mañana por el éxito de su modus operandi: "Se consigue más con comunicados de fuentes que con otras fórmulas". Dicho de otra forma: lo efectivo son los golpes en la mesa y no la negociación interna. En Moncloa discrepan y creen que "este modelo de filtración y ruido no es eficaz" porque ni dará resultados ni mejorará el clima del Consejo de Ministros.

Sánchez castiga a Iglesias

De hecho, las fuentes gubernamentales consultadas encuentran una explicación que tiene tanto de causa como consecuencia. Desde hace dos semanas no se celebra ninguna de las dos reuniones de coordinación gubernamental, lunes y viernes, entre las dos alas de la coalición, PSOE y Podemos. Ni la de los lunes, conocida como maitines y en la que se integran los perfiles más políticos de ambas formaciones (Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Carmen Calvo, Irene Montero, Adriana Lastra, Pablo Echenique o José Luis Ábalos junto a los jefes de gabinete, Iván Redondo y Juanma del Olmo); ni la reunión de coordinación personal entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que suele celebrarse los viernes. "Sólo se han visto en los Consejos de Ministros" en los que, según estas fuentes, apenas se debate y los temas llegan ya "enlatados" previamente.

"La semana que viene tampoco lo haremos", dicen con cierto aroma a castigo los miembros del núcleo duro de Pedro Sánchez que atribuyen a la "deslealtad y a la falta de seriedad" la actitud de Podemos por "no hablar en los foros previstos y crear ruido en los medios con filtraciones". Es la forma con la que los de Pedro Sánchez sancionan con su indiferencia a sus socios de coalición a la espera de que se abra paso el criterio del PSOE. Conscientes de que Iglesias ha ganado algunas batallas internas, también recuerdan que "Iglesias nos dio el ultimátum de quince días para aprobar los desahucios hace tres semanas. Es él quien se retrata y queda en evidencia".

Sánchez apoya a Calviño

De hecho, en la batalla por la subida del Salario Mínimo Interprofesional, los de Moncloa confirman que "Pedro Sánchez apoya a Nadia Calviño" y es partidario de la congelación del SMI que propone su vicepresidenta económica y no de subirlo como proponen Iglesias y su ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Y aseguran que "todo se hará, como siempre, en la mesa de diálogo social, y ahí no hay acuerdo". En Podemos, en cambio, aseguran que "va a costar pero se hará antes de fin de año para el Consejo de Ministros del 29 de diciembre", una semana después de que el Consejo apruebe su otro caballo de batalla: los desahucios el martes 22 de diciembre.

En el otro bando, el ala socialista augurará que "no habrá dos victorias", si acaso quedarán en tablas concediendo un acuerdo sobre los desahucios pero congelando el SMI. La guerra continúa aireándose con cada vez más ligereza sus batallas, mientras ambas partes sostienen que no sufren desgaste alguno más allá de la ya inexistente confianza mutua.

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