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Ultimátum del PSOE a Podemos: "Se acabó, ya basta o ateneos a las consecuencias"

La excusa era "preparar el calendario legislativo" pero la reunión extraordinaria fue una amenaza para sacar de la diana a los ministros socialistas.

La excusa era "preparar el calendario legislativo" pero la reunión extraordinaria fue una amenaza para sacar de la diana a los ministros socialistas.
EFE

Una reunión extraordinaria para un momento extraordinario. Las dos facciones del Ejecutivo, PSOE y Podemos, se reunieron este miércoles por la mañana con la excusa de "preparar el calendario legislativo" para el inicio del periodo de sesiones que comienza la semana que viene 1 de febrero. Pero la realidad es bien distinta. Según adelantan fuentes gubernamentales a Libertad Digital, el PSOE ha lanzado un ultimátum: "Se acabó, ya está bien o ateneos a las consecuencias".

El tono de amenaza se corresponde bien con el objetivo relatado por las citadas fuentes: "Decir 'hasta aquí' a Podemos, que dejen de atacar a los ministros socialistas pidiendo incluso su dimisión", y la responsable de hacerlo ha sido la misma portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, que solicitó formal y públicamente un alto el fuego a Podemos en diciembre. Un llamamiento que sirvió de gasolina para avivar la llama convertida ya en incendio.

Y para muestra, un botón: frente a Montero, Félix Bolaños, Adriana Lastra y Rafael Simancas, el frente morado estaba compuesto por la ministra Irene Montero (tras sus sonados y recientes enfrentamientos con Carmen Calvo), la secretaria de Estado y número dos de Iglesias, Ione Belarra (quien atacó a Margarita Robles por "alinearse con la derecha"); el diputado de En Comú-Podem, Jaume Asens, que exigió la dimisión de Illa por anteponer "sus prioridades electorales" a la pandemia; y el secretario de Estado Nacho Álvarez, quien atacó a los ministros económicos José Luis Escrivá y Nadia Calviño de ir "en contra del pacto de coalición".

Demasiadas bombas en demasiado poco tiempo que han motivado el golpe en la mesa de la cuota socialista del Ejecutivo en representación de Pedro Sánchez. El mensaje en modo imperativo "ha sido muy claro": "Se acabó" airear la guerra interna, y "se acabó" poner contra las cuerdas a los ministros socialistas pidiendo incluso su dimisión. Y sumada a la exigencia, una advertencia: "Hasta ahora hemos sido indulgentes, hemos aguantado" pero ésa prudencia puede acabar. Si no se atemperan los ánimos tras las elecciones catalanas del 14-F, "ateneos a las consecuencias".

La cuota morada, según el PSOE, "ha captado el mensaje" y ha rebajado sus posiciones hasta el punto de que Nacho Álvarez "ha intentado justificarse" por la entrevista del lunes en el diario El País diciendo que "no era para tanto" ni era su "intención pedir dimisiones". Pero la amenaza de consecuencias, de momento, ha servido en forma de farol, ya que los socialistas siempre han negado que la guerra interna acabe provocando una ruptura de la coalición porque ambos se necesitan mutuamente, con lo que las consecuencias podrían ser las mismas que hasta ahora se han aplicado sin éxito.

Como adelantó Libertad Digital, las colisiones frontales y amenazas y ultimátums de Podemos motivó el castigo del presidente, Pedro Sánchez, suspendiendo las reuniones de coordinación: los maitines de los lunes en Moncloa, a modo preparatorio de la semanal, y las reuniones informales de los viernes entre el presidente Sánchez y su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que no se celebraban desde el mes de noviembre. El pasado 4 de enero Sánchez e Iglesias mantuvieron su primera reunión tras más de un mes en barbecho. No se ha vuelto a reunir desde hace 23 días en los que la escalada verbal sacó de su silencio este fin de semana hasta al propio presidente Sánchez para lanzar una pulla a su vicepresidente Iglesias. Su última reunión en Moncloa fue enmarcada por el Ejecutivo en "la normalidad del funcionamiento de la coalición" en la que últimamente sólo funcionan los ultimátums.

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