Cayetana Álvarez de Toledo, la todavía diputada del PP e indiscutible verso suelto ante la deriva "centrista" del partido de Casado, aprovechaba este jueves el pronunciamiento del CGPJ contra la Ley del "sí es sí" de Irene Montero para recordar sus encontronazos con la ministra de Igualdad durante los debates televisados en la campaña electoral de abril de 2019. Y es que, como recuerda en un artículo en su blog, durante aquellos debates Montero, "con la mezcla de frivolidad e impunidad que les caracterizan a ella, su pareja y su partido, me acusó nada menos que de legitimar la violación", todo por cuestionar, como hizo Cayetana Álvarez de Toledo en aquel debate una Ley que ha pretendido introducir en el Código Penal una referencia al consentimiento explícito en las relaciones sexuales.
Recuerda Cayetana en su artículo que el Código Penal ya contempla la exigencia del consentimiento en toda relación sexual, "¡faltaba más!", exclama Cayetana, pero añade que la referencia al "consentimiento explícito el famoso ‘sólo sí es sí’ invierte dramáticamente la carga de la prueba. En lugar de que la acusación tenga que demostrar la culpabilidad del acusado -como es propio de todo proceso penal con garantías- es el acusado el que tiene que demostrar su inocencia, aportando pruebas de que la mujer dijo "sí, sí, sí" hasta el final". Y es que, este jueves, el CGPJ ha aprobado por unanimidad, "es decir, con el voto de todos los vocales: progresistas, conservadores, desideologizados", añade Cayetana, un informe que impugna, entre otros puntos y de forma tajante esa referencia al sólo sí es sí.
En aquel debate, y en el que vino después, en noviembre de 2019, PSOE, ERC y Podemos pidieron a la popular que rectificase, "toda España piensa que te equivocaste y que sólo sí es sí", le dijeron.
Pero Cayetana insiste en el argumento jurídico que deslegitima una Ley que "destroza el principio elemental, esencial, de la presunción de inocencia" y de que la Ley debe ser igual para todas las personas, "que no puede depender del sexo, como tampoco del color de la piel, la religión, las creencias o la condición social". Remata Cayetana recordando que "en un Estado de derecho lo que se juzgan son conductas, hechos, no rasgos identitarios. Esa es la gran conquista de la modernidad: la igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley".
En cualquier caso, Cayetana Álvarez de Toledo recuerda en su artículo que el Poder Judicial, pese a echar abajo la Ley de Montero, mantiene el "marco dominante" avalando "la Ley de Violencia de Género que establece agravantes penales de género. A mismo delito, distinta pena en función de si naciste hombre o mujer. Una aberración". Es decir, que los hombres, por el hecho de nacer hombres son culpables y las mujeres, por definición, inocentes.
Finalmente, Cayetana sentencia: "Bajo la Ley Montero siempre se impondría la versión de la mujer porque la mujer tendría un plus de veracidad. Ya lo sentenció Carmen Calvo, jurista: "Las mujeres tienen que ser creídas sí o sí, y siempre".