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Sánchez descarta definitivamente un adelanto electoral ante la previsible debacle del PSOE el 4-M

Los socialistas dan la campaña por perdida y auguran que tendrán que levantar cabeza tras la victoria de Ayuso en Madrid.

Los socialistas dan la campaña por perdida y auguran que tendrán que levantar cabeza tras la victoria de Ayuso en Madrid.
Gabilondo y Sánchez durnte el primer acto de la precampaña en Madrid. | EFE

Pregunta: ¿hay alguna posibilidad de gobernar en Madrid? Respuesta: "muy pocas". Así de explícito se muestran en privado fuentes del Ejecutivo ante el baño de realidad de la candidatura de Ángel Gabilondo, quien se ha deshecho como un azucarillo antes incluso de haberse iniciado la campaña que arranca este domingo 18 de abril. La cadencia de las meteduras de pata ha ido al son de su caída demoscópica: del 'soso, serio y formal' ideado por Iván Redondo se partió con un 27% de voto y 40 escaños, que bajó hasta el 25% y 33-35 escaños cuando empezó a alzar la voz arrastrado por una campaña dirigida desde Moncloa en la que Gabilondo emuló hasta la promesa de Pedro Sánchez en 2019 de no pactar con Podemos.

Fue Moncloa la que sepultó las opciones de su candidato -actualmente en el entorno del 23% y "más cerca de 30 que de 40" escaños-, anunciando el 'hachazo fiscal' y obligándole a dar datos falsos sobre la mortalidad de Madrid, según Gabilondo superior a la media española en un 54%, que fue desmentido hasta por el director del CAES, Fernando Simón. Lo que pudiera parecer una conjura contra su persona, encierra motivos más mundanos. "Gabilondo ha pinchado" y el PSOE ha tirado la toalla, sin siquiera pararse a pensar en las consecuencias que pudieran tener en la campaña socialista, que promete "no subir los impuestos", los anuncios de una reforma fiscal que supone el rescate encubierto a España como contrapartida por los fondos europeos Next Generation.

Es más, en Moncloa admiten que ni siquiera "lo habíamos pensado", ya que Madrid y Europa son "compartimentos estancos" políticamente hablando, o lo que es lo mismo, que con un presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, entrando directamente en el cuerpo a cuerpo contra Isabel Díaz Ayuso como candidato real del PSOE, ni ellos mismos escuchan las propuestas de Gabilondo. Casi mejor en el caso de la última en el diario La Razón, donde Gabilondo se hace un 'Ayuso' anunciando que él tampoco habría cerrado bares y restaurantes. "Éste acaba en la lista de Ayuso al final de la campaña como Cantó", bromean algunos sin piedad.

Sea como fuere, el PSOE estima ya que Gabilondo tiene más pasado que futuro como bien demuestra los nombramientos de sus subordinadas en la candidatura que anticipan su sucesión y el desmantelamiento de la federación socialista del PSOE. Y ello tiene una evidente lectura y repercusión nacional. El reconocimiento de una derrota que, con la capital de España como un importantísimo granero de votos, no genera el escenario propicio para un adelanto electoral que Pedro Sánchez parece haber descartado definitivamente. Según las fuentes consultadas por Libertad Digital, a la necesidad de "alejarnos de la zona cero de la pandemia", se le une ahora la necesidad de alejarse del kilómetro cero, es decir, distanciarse al máximo de un resultado que surge por el error estratégico de la fallida moción de censura en Murcia y que ha provocado el vuelco en el resultado de la Comunidad de Madrid.

De la victoria socialista en 2019 con un 27% de voto y 37 escaños a cederle el primer puesto al PP de Ayuso con una proyección de más del 40% de intención de voto en lo sondeos. Una debacle que se produce apenas tres meses después de la victoria de Salvador Illa en Cataluña que, aunque compartan jefe de campaña, no se antoja probable que esta vez la señal realizada por el PSOE en la calle Ferraz enfoque el primer plano del muñidor de la jugada 'Redonda'.

Se acabó el pedaleo del adelanto. Los socialistas consultados creen que "estaríamos locos" si se atrevieran a convocar en el "peor momento", no sólo por los malos resultados de Madrid sino por no esperar a recoger los frutos de la cosecha. El Gobierno estima que a finales de mayo habrá un porcentaje considerable de población vacunada y empezará a cambiar el escenario actual. Asomarán los primeros rayos de sol entre los nubarrones y la tormenta financiera comenzará a arreciar a la par. "Sólo hay que esperar hasta entraño bien el año", explican desde Moncloa, hasta que lleguen los fondos europeos y se comiencen a dar salida a los 140.000 millones que regarán a las empresas españolas en un goteo incesante y calculado durante toda la legislatura.

"¿Alguien cree que somos tan idiotas de no aprovecharlo?", se preguntan con serenidad quienes divisan la panorámica. La guinda: la presidencia rotatoria de la Unión Europea que permitirá que Pedro Sánchez se presente como candidato a las elecciones de noviembre de 2023 siendo presidente de la UE hasta diciembre del mismo año. Veremos si llega a cumplir el calendario pero ésa es la intención. Veremos si, como en Murcia, los antaño infalibles estrategas socialistas se ven superados en sus metas y predicciones, pero la realidad es que no sólo Gabilondo está de capa caída. Y por ello Pedro Sánchez necesita tiempo para retomar el vuelo.

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