
Pasadas las 20:00 horas del domingo, fuentes socialistas sentenciaban ya el futuro de la baronesa andaluza. "Susana debe dimitir. No puede continuar como líder del partido ni como diputada". Un sentir que ha crecido exponencialmente en las últimas horas así como la presión encaminada a que esto ocurra. Sin embargo, de lo que todos son conscientes es de que hay que evitar las declaraciones de cara a la galería que pidan abiertamente su dimisión y provoquen el atrincheramiento de Díaz, como en diciembre de 2019.
De ahí, la aparente prudencia de la dirección federal del PSOE tras la victoria "sin paliativos" de Juan Espadas —y por ende, de Pedro Sánchez—, en las primarias de este domingo en el PSOE andaluz. Entre rumores de gestora, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, descartó esta posibilidad porque "no consideramos que tengamos ningún problema de orden interno que debamos resolver".
En rueda de prensa en Ferraz tras la reunión de la Ejecutiva Federal, Ábalos calificó de "irrelevante esas cuestiones menores –en referencia a la posible dimisión de Díaz– después de los resultados de ayer domingo" por lo que "no nos vamos a recrear en ello". Con 'ello' se refieren a un movimiento interno que esta vez no está en los planes del PSOE. Ni una gestora, ni un golpe de mano para forzar la dimisión de Díaz que debe caer por sí sola cuando llegue el momento.
Y no habrá prisa, pero tampoco pausa. La dirección federal manda un mensaje rotundo: "La militancia ha apostado por ese liderazgo y ese liderazgo es la cuestión de todos. Todos vamos a ayudar a ese liderazgo y ésa es nuestra obligación. Damos por hecho que todos vamos a estar ayudando para ayudar a ese liderazgo nuevo de Espadas". Un mensaje que repitió media docena de veces y que encierra una amenaza oculta: se actuará si Susana Díaz pone obstáculos a lo que verdaderamente está en mente de la dirección federal del PSOE: la renovación del grupo parlamentario en el parlamento andaluz, que iniciará los cambios previos al congreso regional tras el 40º Congreso Federal del PSOE.
Y la primera pieza a cobrar no es otra que la portavocía del grupo parlamentario que actualmente ostenta Susana Díaz. Su sustitución debe ser abordada por el PSOE andaluz, pero se espera que sea la todavía secretaria general quien dé un paso al lado permitiendo operar a Juan Espadas, pese a que sólo sea el candidato a la Junta de Andalucía y no el líder del partido. Fuentes socialistas andaluzas señalan a la actual coordinadora de la campaña de Espadas, Ángeles Férriz, como sustituta de Díaz como portavoz parlamentaria. Y con ella, se espera la remodelación de un amplio paraguas de portavocías y presidencias de comisión para la que se cuenta con una de las defenestradas por Díaz tras su salida de la Junta de Andalucía, María Márquez.
Los de Pedro Sánchez quieren cegar cualquier posible vía de agua en el barco socialista andaluz. Ante la posibilidad de que una eventual derrota de Espadas, tras el esperado adelanto electoral en Andalucía por parte de Juan Manuel Moreno Bonilla, pudiera reactivar las posibilidades de la baronesa de salir a flote, urge remodelar el grupo parlamentario para evitar que pueda rearmarse internamente como ocurrió tras ser desalojada del gobierno hace dos años. "Ésta vez no podemos sólo darla por muerta". Habrá que enterrarla.