La crisis de Gobierno no será hasta septiembre, como adelantó Libertad Digital, ante la intensa actividad internacional del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, (Letonia, Lituania y Estonia esta semana y gira por EEUU la próxima), y la ingente agenda legislativa que pretende aprobar el Ejecutivo este mes de julio (reforma de pensiones, Ley de Libertad Sexual, Memoria Democrática y Ley de Vivienda). Pero la expectativa generada en torno a su inminencia ha hecho aflorar los nervios de muchos ministros que intentar evitar su anunciada salida en las crónicas políticas a costa de redoblar su actividad y visibilidad pública.
Calvo, presidenta del PSOE
Es el caso de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, la primera en la parrilla de salida, que este lunes protagoniza hasta siete actos en su agenda frente a los dos de media del resto del gabinete de ministros. Sin embargo, el ejemplo de mayor trascendencia es el caso de la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, a quien la mayoría de las fuentes consultadas ven fuera del Ejecutivo en puesto político "más simbólico" como la presidencia del PSOE, en el que Cristina Narbona está de salida tras varios meses sin protagonismo alguno.
Una forma de relegar a la también ministra de la Presidencia, responsable de la coordinación de los miembros del Gobierno, que esta legislatura ha brillado por su ausencia, y tras el importante fracaso político cosechado por Calvo tras la aprobación del anteproyecto de la Ley Trans, con el consiguiente triunfo de la ministra de Igualdad, Irene Montero, y el fracaso de los postulados del feminismo clásico representado por Calvo y que denunciaba que el derecho de 'autodeterminación' del género era un "borrado jurídico de la mujer y ponía en riesgo la identidad de 47 millones de españoles".
Calvo esta "tocada"
Según cuentan fuentes de Moncloa y Ferraz, Sánchez sacrificó a Calvo tanto por el fondo como por la forma. Primero, por considerar que sus tesis se habían quedado "anticuadas" frente a lo que defienden "nuestras juventudes en el partido"; y segundo, por su actitud "soberbia y prepotente en la negociación" con Montero contra quien se actuó filtrando su borrador de la Ley de Libertad Sexual que tachaba Moncloa de "chapuza jurídica". El mar de fondo de estas batallas internas de Moncloa pueden ser el tsnunami que acabe arrastrando a Calvo fuera de Moncloa.
Así lo anticipan fuentes gubernamentales y socialistas que auguran que Calvo acabará ocupando un puesto simbólico en la presidencia del PSOE. Un puesto más acorde con la situación de la actual número dos de Pedro Sánchez que está "tocada física y políticamente".
El sustituto: Miquel Iceta
De ahí que el "impulso" que necesite Pedro Sánchez pase precisamente por la Vicepresidencia primera y el hombre elegido para sustituir a Carmen Calvo es Miquel Iceta. El primer secretario del PSC y ministro de Política Territorial es el elegido para reforzar la agenda del reencuentro para Cataluña, que se anunció la semana pasada en la tercera semana de septiembre sin motivo aparente. La razón es precisamente que se acometa la crisis de Gobierno antes de esa fecha, para darle impulso. A sumar, la excelente relación que Iceta tiene con el jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, en contraste con la pésima interlocución con Calvo.
También Iceta es más "político" y con "más don de gentes" que Calvo con los ministros de Podemos, con quienes no existen actualmente sobresaltos en el gobierno de coalición aunque tampoco la vicepresidenta ejerce con mando en plazo sus funciones en la coordinación entre los miembros del gabinete. Éste es el motivo por el que las fuentes consultadas ubican a Iceta en la Vicepresidencia primera y no en la Portavocía del Ejecutivo. Primero porque Iceta es necesario en los movimientos entre bambalinas para encauzar el diálogo en Cataluña; y, segundo, porque descartan que la actual portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, pueda ocupar la Vicepresidencia primera porque le falta "entidad" para ese papel.