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Puigdemont al ser liberado: "España no pierde la oportunidad de hacer el ridículo"

El prófugo vuelve a ocupar el centro de la pista del separatismo tras meses de deambular por las zonas grises de la política catalana.

El prófugo vuelve a ocupar el centro de la pista del separatismo tras meses de deambular por las zonas grises de la política catalana.
El expresidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, reaparece tras salir de prisión en Italia. | Europa Press

"Tutto bene" ha dicho Puigdemont nada más salir de la cárcel de Sassari, en la isla de Cerdeña. El prófugo más famoso de España ha vuelto a caer de pie. Los medios han abordado en tromba al eurodiputado a las puertas de la prisión sarda, la segunda que pisa en suelo europeo tras la de Neumünster, en el condado alemán de Schleswig-Holstein.

Puigdemont ha declarado que estaba preparado para otra detención porque "España no pierde la oportunidad de hacer el ridículo". Es casi lo único que se le ha entendido en una tumultuaria atención a los periodistas. Rodeado por la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y parte de su séquito habitual, el expresidente de la Generalidad estaba exultante, como si las horas pasadas en la cárcel hubieran sido parte de un tratamiento revitalizador.

De hecho, la detención y la expectación informativa vuelven a situar al líder de Junts per Catalunya (JxCat) en el primer cajón del podio separatista, muy por encima de su archienemigo Oriol Junqueras y a años luz del actual presidente de la Generalidad, Pere Aragonès.

Puigdemont acumula carisma entre los independentistas, vuelve a ser el referente del movimiento secesionista tras meses de deambular por las zonas grises de la política catalana, ajeno al día a día y dando evidentes muestras de desinterés en lo relativo a la gestión de su propio partido. Un encuentro de folclore catalán en el Alguer, donde algunas personas todavía hablan catalán y las calles están rotuladas también en ese idioma, ha sido mano de santo para el prófugo, que recupera un papel central.

Alivio para Sánchez

Su puesta en libertad puede suponer un cierto alivio para el Gobierno de Pedro Sánchez, que veía peligrar el apoyo de ERC a los Presupuestos y la llamada mesa de diálogo, pero será una sensación en cierto modo ficticia. Los republicanos están obligados a radicalizarse y subir el tono de sus exigencias para afrontar el subidón de popularidad de Puigdemont entre las bases independentistas.

En menos de un día, la situación política catalana ha dado un vuelco. En JxCat consideran que la breve detención de Puigdemont pone de manifiesto que la mesa de diálogo es un empeño de ERC abocado a la melancolía, que la supuesta represión no cesa y que el único camino es la unilateralidad y los hechos consumados.

El arresto y posterior puesta en libertad abonan las teorías separatistas sobre la "injusticia española". El equipo legal de Puigdemont ya ha pedido la adopción de medidas cautelares al Tribunal General de la Unión Europea (TGUE), que deberá decidir si las órdenes de detención del Tribunal Supremo están vigentes o en suspenso. El embrollo jurídico es monumental, pero Puigdemont se crece en el barro y la confusión. Sus abogados dicen que ha sido puesto en libertad sin condiciones, aunque está citado en la Corte de Apelación de Sassari el próximo 4 de octubre.

Puigdemont dice que mantiene su agenda en Alguer, donde será agasajado por el alcalde. Más de ochocientos catalanes componentes de grupos de sardanas, "castellers" y demás actividades folclóricas participan en el encuentro al que asistirá el expresidente autonómico, verdadera estrella del evento. Puigdemont y sus abogados se apuntan otro tanto tras otro episodio policial y judicial rocambolesco.

Salvini, al rescate del prófugo

Por otra parte, el prófugo ha contado con el apoyo de sus aliados internacionales. En el caso de Italia, los dirigentes de la xenófoba Liga Norte. El líder de ese partido y exministro de Interior italiano, Matteo Salvini, ha declarado que confiaba en que su país no propiciara "la venganza española contra Puigdemont".

En un acto en Milán ha dicho también que "nos cuesta detener a nuestros delincuentes pero detenemos a políticos de otros países". Diputados del mismo partido han exigido la puesta en libertad del prófugo español.

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