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UGT y su antigua cúpula en Asturias, condenados por el "sistemático desvío" de dinero para formación

La juez considera que se creó un trama para desviar fondos destinados a cursos de formación. El exsecretario general, condenado a pena de prisión.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Oviedo ha condenado a varios miembros de la antigua cúpula de UGT de Asturias por fraude en las subvenciones destinadas a cursos de formación, entre ellos su ex secretario general Justo Rodríguez Braga, al que se le ha impuesto una pena de dos años y diez meses de prisión y el abono de 586.000 euros en multas.

Rodríguez Braga, condenado como cooperador necesario y coautor de tres delitos de fraude en subvenciones, también deberá pagar, junto con otros tres exresponsables del sindicato, una indemnización conjunta de 330.179 euros al Principado por los perjuicios causados.

UGT, condenada

La juez también condena al propio sindicato como responsable de un delito de fraude al pago de una multa de 122.028 euros y a la pérdida de la posibilidad de obtener subvenciones o ayudas públicas y del derecho de gozar de beneficios o incentivos fiscales o de la Seguridad Social durante un período de cuatro años.

La sentencia, que no es firme, considera probado que la Unión Regional de Asturias de la UGT y el Instituto de Formación y Estudios Sociales (IFES) eran beneficiarios de subvenciones a través del Servicio Público de Empleo del Principado de Asturias (SEPEPA) destinadas a la realización de programas de acciones de formación para el empleo. Cuando el beneficiario era UGT Asturias éste encargaba íntegramente su gestión y ejecución a entidades vinculadas, principalmente a IFES y en menor medida a Foro Astur de Formación, Fundación Metal y Fundación Laboral de la Construcción, así como a otras privadas independientes.

Según la sentencia, Rodríguez Braga, la entonces secretaria de Administración, Mónica Menéndez, y el de Formación, Manuel Díaz Cancio, urdieron una trama para desviar fondos de las subvenciones concedidas al sindicato para cursos de formación en los años 2011 y 2012.

Esta trama estaba orientada "al sistemático desvío" de parte de los fondos públicos recibidos vía subvención a UGT e IFES y a través de esta mecánica, según la jueza, obtuvieron beneficios económicos que revertieron en ambas entidades y en las sociedades vinculadas.

Una actuación fraudulenta que era posible gracias al control que UGT ejercía sobre la Delegación Territorial de IFES en Asturias, para lo que contaba con la colaboración de sus gestores y la ayuda de los empleados Alberto González y Silvia Sariego, que se encargaban de la administración y contabilidad en ambas entidades, respectivamente.

Además, según la jueza, para lograr este desvío de fondos utilizaban el apoyo de la administradora de las mercantiles Formación 2020 y Localmur, María Jesús Ocaña.

Inflaban los precios

La jueza considera que los acusados, que ejercían un control directo sobre la facturación, incrementaban ficticiamente el precio de los locales y equipos usados en los cursos, con un sobrecoste que imputaban después a las subvenciones recibidas, en beneficio del sindicato.

La sentencia impone a los seis acusados penas de entre diez meses y dos años y diez meses de prisión, así como al pago de distintas multas.

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