Después de ocho meses sin hablarse, Pablo Casado cogió el teléfono y llamó a La Moncloa para hablar con Pedro Sánchez. La conversación de 25 minutos estuvo centrada en la situación de Ucrania. El líder del PP le mostró el respaldo de su partido a las acciones de España dentro de la OTAN mientras que el presidente aseguró que la prioridad pasa por la disuasión y la desescalada a través de la diplomacia.
Casado le ha pedido al presidente que comparezca en el Congreso mientras que el jefe del Ejecutivo ha defendido que mantiene puntualmente informados a los grupos parlamentarios a través del ministro de Asuntos Exteriores.
En el PP denuncian que el presidente no tiene previsto ir al hemiciclo hasta el 16 de febrero. La primera sesión de control tras el paréntesis navideño, se retomará el día 3 de febrero, pero Sánchez no acudirá porque tiene visita oficial a los Emiratos Árabes.
Sánchez le recrimina las críticas del PP
En la misma conversación Sánchez ha solicitado a Casado que deje de poner en duda la gestión de los fondos europeos. Según fuentes gubernamentales, el gobierno entiende que la respuesta de la Comisión Europea debería ser suficiente y que la estrategia del PP "sólo daña la imagen de España".
El jefe del Ejecutivo ha aprovechado la ocasión para pedirle el voto favorable o la abstención para que el Congreso convalide la reforma laboral que llega el día 3 de febrero al Congreso. "Se tiene que respaldar el acuerdo alcanzado entre los agentes económicos, sociales y el Gobierno sobre la reforma laboral", añaden fuentes gubernamentales.