Pedro Sánchez volverá este sábado 29 a la campaña de Castilla y León. Tras los abucheos en Palencia, el presidente prefirió pasarse los dos últimos fines de semana en actos de partido en Granada y en Gijón, donde anunció la revalorización de las pensiones. El foco en los jubilados lo volvió a poner este jueves en un acto institucional en Madrid. La medida tiene un impacto considerable en Castilla y León, una de las comunidades más envejecidas de España.
El presidente del Gobierno trata de recuperar la iniciativa en la campaña castellanoleonesa huyendo del tema ganadero, que el PP sigue alimentando. Los dos o tres mítines previstos inicialmente serán al final cuatro. El 29 de enero estará en Zamora y no volverá a aparecer hasta el 6 de febrero en León. Durante la última semana su implicación será mayor: estará en Soria a mitad de semana y cerrará la campaña, tal y como estaba previsto, en Valladolid.
Sánchez ha renunciado a estar en la apertura de la campaña donde le ha sustituido su lugarteniente en Ferraz, Adriana Lastra. La vicesecretaria general tendrá un papel activo durante toda la campaña tras la agenda descafeinada que habían diseñado en un comienzo.
Los barones al rescate
Aunque el acto central de Tudanca no correrá a cuenta de Ferraz sino de los barones. Arropando al candidato socialista estarán el sábado 5 en Segovia los presidentes de Castilla la Mancha, Emiliano García Page; Extremadura, Guillermo Fernández Vara; Asturias, Adrián Barbón; Aragón, Javier Lambán; Comunidad Valenciana; Ximo Puig; Baleares, Francina Armengol; La Rioja, Concha Andreu; Canarias, Ángel Victor Torres y Navarra, María Chivite.
La idea que quiere transmitir es la de un Luis Tudanca dando una imagen presidencial y tratando de convertirse en uno de esos barones. Aunque su cercanía a Sánchez le impediría tener esa "libertad" que tienen algunos versos sueltos como Page o Lambán.
A mantener los resultados
En el PSOE saben que los barones son su mejor activo, en especial para conectar con un público menos urbano como es el de Castilla y León. Los socialistas siguen estancados en los sondeos. Su aspiración es mantener los 35 procuradores en las Cortes. Saben que, debido al derrumbe de Ciudadanos, no serán primera fuerza como en 2019, y creen que sólo podrían rebañar un 10% de los votos naranjas. El resto, irá para Vox y, sobre todo, el PP.
Los sondeos de los socialistas tienen puestas muchas esperanzas en los votantes de Francisco Igea. No tanto por su resultado, quizás un procurador por Valladolid y otro por Salamanca, sino porque podría haber un porcentaje de voto considerable en cada circunscripción que sea "voto perdido" y que no vaya al PP o a Vox.
A eso, y a sumar con la España Vaciada si tiene un buen resultado, es a lo que se aferran en el PSOE para salvar los muebles, aunque la escasa participación de Sánchez en campaña ya anticipa una descalabro importante. No será como el de Madrid, pero se le puede parecer.
