La reforma laboral ha centrado una sesión de control al Gobierno descafeinada por la ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de viaje en Emiratos Árabes, y de los líderes de la oposición, Pablo Casado y Santiago Abascal. También se ha ausentado el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en el primer pleno después de la polémica protagonizada por sus críticas a las macrogranjas en la prensa extranjera.
A unas horas de que el Congreso valide la promesa estrella de Unidas Podemos, de la que se ha terminado apropiando el PSOE al imponer la vía Bolaños, es decir el apoyo de Cs, en la negociación, PP y Vox han cargado duramente contra lo que consideran un "mero maquillaje", no una derogación, de la ley aprobada por Mariano Rajoy, además de ser "dañina" para España.
En plena campaña electoral de Castilla y León, Macarena Olona ha sacado a relucir el perjuicio que supone para el sector agrícola acabar con los contratos temporales, acusando a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de enviar a miles de trabajadores del campo al paro. "Lo más cerca que ha estado del campo es de la cadena de supermercado o para jugar al golf y sigue pensando que las lechugas crecen en las bolsas", le ha reprochado con dureza la secretaria general del grupo Vox, dando la vuelta a la habitual lucha de clases a la que recurre Podemos para confrontar con lo que llama "señoritos de Vox".
Díaz, descolocada, se revolvía contra los calificativos y optaba por reprochar a los de Abascal su apoyo a los asaltantes del Ayuntamiento de Lorca, gobernado por el PSOE, que irrumpieron en el pleno a la fuerza, enfrentándose con la policía, y a los que ha justificado Vox asegurando a través de su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, y el del Senado, Jacobo Robatto, que entienden su malestar.
"No son el partido del campo, aunque hoy se vista de campo. Están defendiendo a una minoría en el campo que busca privilegios y, a veces, comete irregularidades", le decía, después de pedirle que "se coloquen del lado de la legalidad" cuando hay inspecciones en el campo, reprochándoles presentarse como "constitucionalistas" para después ponerse del lado de los que "cometen irregularidades".
El Gobierno apela al PP
El Gobierno no desiste de hacer ofrecimientos en público para lograr "el mayor de los apoyos". La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha pedido a la portavoz popular, Cuca Gamarra, que apoye la reforma laboral aunque en privado el Ejecutivo no ha hecho llamadas para tratar de negociar una abstención.
A falta de Sánchez, que está de visita oficial en Emiratos Árabes, la número 2 del PP en el Congreso centraba sus críticas en la ministra de Economía "tras ser desautorizada por todos los organismos" al mantener "su insólita previsión de crecimiento del 7% para este año", según decía Cuca Gamarra. "En su delirio propagandístico, quieren hacer creer que una carta de cortesía de Von der Leyen era una felicitación personal al señor Sánchez. Vamos, es como si un futbolista que brinda el gol a la afición, uno cree que es para él", sentenciaba en tono jocoso la portavoz del PP.
También Yolanda Díaz hacía por primera vez un ofrecimiento al PP mientras Teodoro García Egea ironizaba con una escena de hace sólo unos meses: "¿Recuerda aquel día en el que usted prometió que se iba a derogar la reforma laboral y su compañera miró al cielo? Sus plegarias han sido escuchadas". La vicepresidenta segunda aprovechaba para terciar: "Si la reforma laboral no cambia nada, mañana vote a favor de la misma"
Uno de los socios con los que cuenta mañana el Gobierno, Ciudadanos, acusaba este miércoles a Yolanda Díaz de "autosabotear la reforma del Gobierno con los socios habituales de siempre", según ha asegurado Edmundo Bal quien pedía a Nadia Calviño que terciase y que prometiese que "no va a haber ni una sola cesión al separatismo". La ministra de Economía aprovechaba para pedir "responsabilidad" al resto de fuerzas.