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Las propuestas de Feijóo irritan y desconciertan al PSOE que pasa al ataque

La rebaja fiscal, la propuesta de que gobierne la lista más votada o la lentitud a la hora de nombrar un interlocutor desesperan al PSOE.

La rebaja fiscal, la propuesta de que gobierne la lista más votada o la lentitud a la hora de nombrar un interlocutor desesperan al PSOE.
EFE

Ni 100 días de gracia. Con dos semanas basta, en el PSOE no entienden la actitud de Alberto Núñez Feijóo. El nuevo líder del PP, y el efecto que ha causado en las encuestas, ha acabado por desconcertar a los socialistas. Lo último ha sido su propuesta de rebaja fiscal que ha sido duramente criticado por Ferraz.

"Nada nuevo. El viejo mantra de la derecha de bajar los impuestos cuando están en la oposición y subirlos cuando están en el Gobierno", ha asegurado desde Ferraz la portavoz socialista en el Senado, Eva Granados, recordando la política fiscal de Mariano Rajoy y arremetiendo contra "la incoherencia del Feijóo que lleva gobernando más de 12 años en Galicia".

Los socialistas creen que la propuesta de bajar el IRPF a las clases medias y bajas , el público objetivo del PSOE, es "populismo" y le pedirán que explique "quién pagaría esa rebaja de impuestos", mientras recurren al fantasma de "recortes en sanidad y educación".

La lista más votada

El rechazo socialista a la rebaja fiscal ha sido inmediato, al igual que a la propuesta de que gobierne la lista más votada. Pedro Sánchez se apresuró a desecharla, argumentando que "el PP siempre quiere que gobierne la lista más votada, cuando es el PP la lista más votada".

La premura del rechazo de Sánchez y Ferraz contrasta con el silencio de los barones que no la ven con malos ojos. Tanto Emiliano García Page como Guillermo Fernández Vara creen que hay que buscar fórmulas que permitan la gobernabilidad. No pocos en el PSOE creen que Feijóo busca con su propuesta, reabrir la herida de la abstención ante el PP, cuando el partido, en contra del criterio de Sánchez, permitió la investidura de Rajoy para evitar una tercera repetición electoral.

Aquella situación abrió al partido en canal y varios presidentes autonómicos creen que son necesarios acuerdos con el PP para favorecer la gobernabilidad y no depender de otras fuerzas, aunque luego se alcancen pactos presupuestarios.

¿Abstenerse para evitar que Vox entre en Gobiernos?

Otros socialistas, creen que la propuesta de Feijóo busca dar una pátina de "legitimidad" a sus futuros pactos con Vox, responsabilizando de ello al PSOE. En el horizonte se atisba otra polémica: una abstención para evitar que los de Abascal entren en próximos Ejecutivos autonómicos. La propuesta ya dividió al partido en Castilla y León, donde el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, abogó por dejar que Alfonso Fernández Mañueco gobernase en solitario.

Ferraz, que defendió un "no es no" inicial, acabó matizando y ,tras la polvareda, propuso una "abstención" a cambio de unas condiciones draconianas, como que el PP abjurase de todos los pactos con Vox.

Sin embargo, la brecha no se ha cerrado y su candidato en Andalucía, Juan Espadas, aboga por dejar que gobierne la lista más votada, en línea con Núñez Feijóo, dejando entrever que podrían abstenerse en una investidura de Juanma Moreno para evitar que Macarena Olona, si se confirma como candidata, acabe siendo vicepresidenta de la Junta de Andalucía.

Sin respuesta

Aunque lo que más está desesperando a La Moncloa y al PSOE son los nuevos tiempos de Feijóo. Tras su primera reunión con Pedro Sánchez, el nuevo líder del PP, se comprometió a formar un equipo negociador para repartirse el CGPJ. Tampoco se cerró a un posible respaldo a algunos de los 11 puntos que le planteó Sánchez.

Quince días más tarde, el Gobierno sigue sin saber quién será su interlocutor en el PP, si el propio Feijóo, Cuca Gamarra o Esteban González Pons. Los plazos que se dieron para reformar el CGPJ, antes del 12 de junio, ya asumen en La Moncloa que no se cumplirán. "Dos semanas es tiempo más que suficiente para remitir esos nombres", reprochaba la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez.

En La Moncloa tampoco han recibido respuesta a los 11 puntos que Sánchez le planteó y que Feijóo se comprometió a estudiar. En algunos, como la reforma del voto rogado, el plazo caducaba este miércoles 20 de abril, sin que el PP le haya dado respondido.

Las buenas sensaciones, con las que el Gobierno salió de la reunión, ha mutado en una irritación y un desconcierto. En el PSOE no entienden cómo durante estos quince días, Feijóo ha ido perfilado su propuesta de rebaja fiscal, que Sánchez le rechazó de plano, mientras les da largas a otros acuerdos que, en principio, creían posibles e inminentes.

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