En la misma mañana en la que el BOE publica el "cese" de Paz Esteban como directora del CNI, Pedro Sánchez se enfrentaba a una sesión de control en la que Cuca Gamarra le acusaba de "socavar las instituciones". "¿Por qué los independetistas tiene a Pedro Sánchez al frente del gobierno? Porque son más fuerte. No le quieren por su valía, le quieren por su debilidad", le espetaba la portavoz del PP en el Congreso quien anticipaba que, cuando salga de La Moncloa, "dejará una dura y dificil crisis institucional que será más dificil de revertir".
Sánchez evitaba hablar del cese y , por primera vez, hablaba sobre hablaba sobre el relevo en el CNI. "efectivamente, se produjo el relevo al frente del CNI y aprovecho para reconocer su trabajo". El presidente del Gobierno reconocía que se había producido un "grave fallo en la seguridad de la comunicaciones del Gobierno de España".
"Lo que ha hecho el Gobierno de España es cumplir con la ley, poner en mano de la justicia estos hechos delictivos y actuar con absoluta transparencia, defendía Sánchez mientras Gamarra contraatacaba: "¿a quién informa, siguiendo la ley, el CNI? A usted. El Gobierno sí que lo sabía porque lo teníamos que saber".
Minutos después de esta intervención, hacía su entrada en el Hemiciclo Margarita Robles. La ministra de Defensa llegaba tarde y se se sentaba en su escaño sin escuchar las respuestas del presidente del Gobierno en la sesión de control.
Bal recuerda su trayectoria
A las críticas del PP se sumaba Ciudadanos. El abogado del Estado, purgado por Sánchez, Edmundo Bal, recordaba su trayectoria: "sé lo que es anteponerse en su camino de ambición" , "sé como se comporta este gobierno con los trabajadores públicos que anteponen España a este Gobierno". Bal acusaba a Sánchez de "no creer en España" y, al igual que Gamarra, anticipaba que cuando salga de La Moncloa, "usted mirará atrás y verá la senda de destrucción que ha dejado"
El portavoz naranja, en su larga intervención, le acusaba de entregar "en bandeja de plata la cabeza de la directora de CNI" ."Lo ha hecho por mantenerse en La Moncloa, en el poder. Es una inmoralidad" y le preguntaba: "¿No le parece lo más cobarde del mundo vilipendiar alguien que no se puede defender?"
Sánchez evitaba responderle y optaba por humillar a Bal, tras elogiarle como orador, el presidente del Gobierno sentenciaba: "debe ser bastante frustante sentirse tan bueno y tan poco reconocido cuando se presenta a las elecciones". Ni un ápice de empatía con su purga en el pasado. Sánchez optaba por reconocer, de nuevo, "un fallo grave de las comunicaciones" y defendía que lo que han hecho es "ponerlo en manos de la justicia. ¿Qué me está diciendo como abogado del Estado? ¿Qué tengo que encubrir un delito? Esto no lo hace ese Gobierno, lo hizo uno anterior".