La decisión del Supremo de rectificar y admitir a trámite los recursos contra el indulto a los golpistas ha puesto al Gobierno en alerta. En plena crisis con ERC, una decisión así podría acabar por finiquitar una relación desgastada que no pasa por su mejor momento.
Pese a que en público y en privado, los miembros del Gobierno se muestran "tranquilos", porque "se concedieron muy documentos y fundamentados", el Ejecutivo ha advertido que los indultos "son una prerrogativa del Gobierno" y que ellos tienen la última palabra.
En La Moncloa han afirmado que, de momento, la decisión del Supremo se encuentra en un "trámite procedimental" pero han empezado a aprovechar cualquier intervención pública para empezar a marcar el camino al Supremo.
Bolaños advierte
"Los indultos son absolutamente legales. Cumplieron todos los requisitos que marcan la legalidad", ha sentenciado el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en los pasillos del Congreso mientras dejaba algún mensaje en clave a los magistrados.
"No sólo son legales los indultos sino que sirvieron para conseguir superar aquella tensión insoportable que se vivía en Cataluña y en España", ha añadido Bolaños. O dicho de otra manera: una anulación de los indultos puede empeorar la situación en Cataluña.
Rufián contra los jueces
En apoyo del Gobierno ha salido Gabriel Rufián quien ha elogiado que los indultos "están bien redactados". El portavoz de ERC en el Congreso ha aprovechado para cargar contra "los jueces que van a su rollo" y ha pedido al PSOE que presione más al Supremo: "si callan frente a nosotros, los siguientes serán ellos".
"Aquí no puede haber jueces que hacen política", ha añadido Rufián en los pasillos del Congreso mientras descalificaba la labor de los magistrados de manera reiterada. Aunque ha reconocido que tumbar los indultos es "técnicamente complicado", el portavoz de ERC ha augurado que los jueces del Supremo "harán lo que quieran", como si su decisión no estuviese motivada.
Mientras tanto, sigue en el aire la reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès. El Gobierno muestra su disponibilidad, afirma que no es necesario esperar a las elecciones andaluzas, y sólo esperan a que la Generalidad descuelgue el teléfono y ponga fecha a la cita. Todo lo que sea para no perder a ERC.