Podemos está dispuesto a ir a más allá en su defensa de las secuestra niños como María Sevilla. Busca una impunidad plena de lo que llaman "madres protectoras". Y el partido morado defenderá en Europa la regulación de una directiva que blinde su impunidad en la pelea por eliminar los derechos de los padres sobre sus hijos.
El compromiso lo ha asumido la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop, de la formación Unidas Podemos. Y lanzó su promesa de convertir la impunidad de las madres que secuestran niños para apartarlos de sus padres en directiva europea a lo largo de un reciente encuentro en Mérida.
¿Madres protectoras?
En ese encuentro, Rodríguez Palop afirmó que "hay que proteger a las madres protectoras". Así es como denomina Podemos al caso de María Sevilla, persona que fue condenada a prisión por secuestrar durante dos años a su hijo y esconderlo en una finca de Cuenca donde el menor no tuvo acceso a escolarización, ni socialización, ni vacunación. Previamente, y durante otros cinco años, privó al padre del régimen legal de visitas y estancias con el hijo. Y, con ese historial, acaba de ser indultada por el Gobierno de Pedro Sánchez, tras exigirlo Irene Montero, precisamente, con el argumento de que no se hizo justicia con las "madres protectoras".
Rodríguez Palop aclaró en el encuentro que trabaja ya "para que la futura Directiva sobre violencia contra las mujeres incorpore la violencia vicaria y la violencia institucional de género". Una transformación en la que Podemos pretende avanzar hacia la impunidad de delitos como el secuestro infantil, bajo el pretexto de que su causa es la defensa del derecho de la madre a estar con su hijo.
El historial de María Sevilla
Hay que recordar que la indultada María Sevilla puso seis denuncias falsas contra su marido por supuestas agresiones al hijo. Y, pese a todo ello, Irene Montero la ha convertido en la heroína feminista de la izquierda. María Sevilla fue condenada por secuestrar a su propio hijo, encerrarlo y dejarlo sin escolarización, pero, además de todo eso, fue asesora de la formación morada con contrato y todo.
Sevilla representa toda una dinámica defendida por Podemos en la lucha contra los padres: interpuso seis denuncias falsas por agresiones al menor contra su ya ex marido. Ninguna prosperó. Fue condenada a dos años y cuatro meses de prisión en 2020. Y, ahora, su ex marido ha tenido que ver cómo ha sido indultada por el Gobierno del PSOE y Podemos. Toda una heroína de la izquierda.
Las denuncias falsas
La colaboradora de Podemos y asesora del partido de Ione Belarra en materia de infancia, María Sevilla, argumentaba que su exmarido, Rafael Marcos, había agredido al hijo común de forma reiterada. Pero lo cierto es que los abusos nunca se demostraron. Uno de los relatos sobre esas supuestas agresiones llegó a una exageración difícil de explicar.
En 2016, María Sevilla afirmó que se encontró al menor en el punto de encuentro en el que se veía con el padre por orden del juez con los pantalones rotos a causa de las agresiones sexuales provocadas por su progenitor. La versión daba a entender que las agresiones se habrían producido en presencia de miembros del equipo de servicios sociales. La acusación fue fácil de desmontar. Y de archivar.
Lo más llamativo fue que, pese a los consecutivos archivos de las denuncias, el plan de la ahora indultada por exigencia de Podemos logró su objetivo: privar al padre de las estancias con su hijo. Romper la relación paternofilial. De ese modo, Marcos no pudo ver a su hijo desde noviembre de 2011 hasta mayo de 2014. Y solamente después logró acceder al niño de forma intermitente. Todo ello, hasta que en 2017, Sevilla desapareció secuestrando a su hijo. Momento en el que fue puesta en busca y captura.
Toda una batalla que acaba ahora con un final poco feliz para el niño y el padre. El Gobierno ha concedido el indulto a la expresidenta de la asociación Infancia Libre, María Sevilla.
Y, ahora, Podemos quiere ir a más y no tener que jugársela a la concesión de indultos: quiere que una directiva europea despenalice estos comportamientos: los secuestros de hijos para privar a los padres de la estancia con los descendientes.