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Vox explota sus propuestas económicas para no ceder al PP la bandera de la gestión

El partido aprovecha su creciente peso institucional para presentarse como partido capaz de afrontar la crisis.

El partido aprovecha su creciente peso institucional para presentarse como partido capaz de afrontar la crisis.
Santiago Abascal en el Congreso de los Diputados | EFE

La crisis económica que sufre España, y que se verá agravada en los próximos meses, está provocando un importante movimiento de fichas en el panorama político español ante la previsión de que pueda repetirse la situación vivida en 2010, cuando el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se vio obligado a hacer fuertes recortes que provocaron un auténtico cisma en la izquierda y derivaron en la caída del Gobierno.

Es una posibilidad que no descartan en Vox donde ven cada vez más "débil" a Pedro Sánchez ante una crisis que definen como "tumbagobiernos" y que se produce en medio de constantes guerras internas entre socios que "se están matando". "Esto está cada vez más cerca de descomponerse", aseguran fuentes del partido de Abascal.

Aunque en Vox no descartan un adelanto electoral, lo ven improbable por las ansias de supervivencia de un Sánchez al que perciben cada vez más desgastado, en línea con lo que recogen todos los sondeos. Repetir una moción de censura es una posibilidad que en público siguen sin descartar por completo pero en privado admiten que podría acabar reforzando al Gobierno. "Cuando el enemigo se está matando no le distraigas", resumen algunos dirigentes.

El cambio de escenario electoral

Andalucía será el pistoletazo de salida de la carrera electoral que se prolongará durante el próximo año, salvo sorpresas, y en la que el PP de Alberto Núñez Feijóo parte con ventaja en las encuestas, aupado por el perfil gestor del nuevo presidente del partido que quiere potenciar, todavía más, centrado su discurso en la economía.

Vox ha crecido al calor de la descarnada batalla que se ha vivido en España los últimos años, con una derecha fracturada en tres y una izquierda dividida que ha optado por abrazarse al nacionalismo para sobrevivir. Su defensa de la unidad nacional y su enfrentamiento sin complejos al PSOE y, especialmente, a Unidas Podemos, les ha permitido afianzarse en un espacio electoral que se sentía huérfano con el PP.

Sin embargo, la pandemia, la crisis inflacionista por el aumento del precio de la energía, la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez o la guerra en Ucrania han hecho cambiar las preocupaciones de los españoles que ven amenazado su poder adquisitivo, lo que podría provocar un desplazamiento del electorado hacia partidos con dilatada experiencia de gestión como valor refugio.

Conscientes de ello, en Vox llevan tiempo intentando potenciar este perfil aprovechando también su estreno en un gobierno autonómico como el de Castilla y León, aunque sin renunciar un ápice a sus propuestas ideológicas, como advirtió el viernes en Málaga Santiago Abascal cuando aseguró que en Vox "no son gestores" y prometió eliminar todas las leyes de la izquierda.

Pero el partido no renuncia al electorado que "vota con la cartera", como demuestra el programa electoral andaluz en el que incluyen cuatro propuestas de carácter económico del total de diez, a lo que añaden un desglose de promesas destinadas al campo, "la mar" y el turismo para, sobre todo, crear empleo. No es el único ejemplo. Este último mes se han centrado especialmente en explotar sus propuestas económicas.

La primera medida que aprobó el gobierno de de Alfonso Fernández Mañueco y Juan García-Gallardo fue una rebaja de impuestos del IRPF, Patrimonio o Actos Jurídicos. Una medida a la que siguió pocos días después la propuesta presentada en la Asamblea de Madrid para intentar que el PP de Isabel Díaz Ayuso adelantara su anuncio de eliminar Sucesiones para las herencias a sobrinos y hermanos. No lograron el apoyo de los populares por lo que la iniciativa no salió adelante.

La campaña electoral como escaparate

Esta propuesta la han convertido en promesa electoral apenas unos días después en Andalucía, coincidiendo con la precampaña electoral en la que, además de inmigración, están centrado parte de su discurso en promesas sobre empleo, reducción del gasto eliminando subvenciones a los sindicatos o recortando partidas, por ejemplo, a Canal Sur.

En esta misma línea, Vox registró en el Congreso una Proposición no de Ley para hacer una auditoría del presupuesto estatal con el objetivo de intentar reducirlo en hasta 60.000 millones de euros, sin con ello perjudicar los servicios públicos, eliminando, por ejemplo, duplicidades. A cambio, pedía no subir los impuestos para evitar perjudicar a las familias y empresas, precisamente cuando peor lo están pasando.

Aunque todas estas medidas forman parte de su programa electoral desde hace tiempo, el partido las exhibido ahora de forma conjunta, aprovechando su presencia en las instituciones, tanto autonómicas como a nivel nacional. Coincide en el tiempo con la precampaña andaluza en la que podrán medir el peso y la tendencia del partido de cara a las generales.

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