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Suiza devuelve sus hijos a Verónica Saldaña por un problema de traducción: "¿Y si se fuga de nuevo?"

Saldaña estaba en busca y captura internacional desde el verano pasado por secuestrar a los pequeños de 8 años. El padre lleva dos años sin verles.

Saldaña estaba en busca y captura internacional desde el verano pasado por secuestrar a los pequeños de 8 años. El padre lleva dos años sin verles.
Verónica Saldaña, en busca y captura desde el año pasado por el secuestro de sus dos hijos | Libertad Digital

La Justicia suiza ha echado por tierra todo el trabajo realizado por la Policía española para rescatar a Izan y Jorge, los pequeños secuestrados por su madre, Verónica Saldaña. Apenas unos días después de que los mellizos de 8 años fueran localizados en la ciudad de Boudry y trasladados a un centro de menores, el tribunal suizo que se ha hecho cargo del caso ha decidido devolvérselos de forma provisional a la madre debido a un problema de traducción.

"El juez dice que no ha podido traducir todos los documentos y los informes de los servicios sociales de España y, al parecer, lo único que ha entendido es que no se está cumpliendo el régimen de visitas, por lo que ha concluido que no es motivo suficiente para tener a los niños solos en un centro de menores", explica desesperado el padre, José Manuel Ortiz.

Ya el pasado viernes, a pesar de alegrarse por la liberación de sus hijos, José Manuel había mostrado su temor a que su expareja tratase de obstaculizar el proceso nuevo. "A ella no la han encontrado todavía, porque en el momento en el que entraron en la casa no estaba, pero sabemos que ha contratado a un abogado y tememos que empiece otra vez a poner todo tipo de denuncias allí y que eso siga retrasando todo", advertía en declaraciones a Libertad Digital.

Adiós al trabajo de la Policía española

Sus sospechas no iban desencaminadas, ya que, coincidiendo con la publicación de dicha entrevista, el abogado de Saldaña maniobraba para que ésta lograse recuperar a los pequeños, algo que, finalmente, ha conseguido, a pesar de contar con una orden de busca y captura internacional desde el verano pasado.

La propia Unidad Adscrita de la Policía Judicial de los Juzgados de Plaza de Castilla había dedicado meses a investigar dónde escondía a los pequeños y, tal y como le comunicó al propio José Manuel, estaba convencida de que era un caso cerrado. Ahora, sin embargo, el padre de los pequeños teme encontrarse de nuevo en la casilla de salida.

¿Y si se fuga de nuevo?

"Tengo miedo de que le cuente una milonga al juez y éste, al no conocerla, la crea —apunta José Manuel—. Quieren que el caso se juzgue de nuevo en Suiza y eso no tiene ningún sentido, porque aquí, que es donde han sucedido los hechos, ya hay una sentencia".

El otro gran temor de José Manuel es que el tiempo extra que la Justicia suiza ha otorgado a Verónica sirva para que ésta vuelva a escaparse con los niños. "¿Y si se fuga de nuevo? Lo que más me preocupa es que aproveche estos días para irse a otro país o desaparecer otra vez con mis hijos, porque eso supondría que tendríamos que volver a empezar de cero la búsqueda, y yo creo que a ella ya, a estas alturas, le da igual todo", advierte José Manuel.

Sus abogados en España ya están trabajando con un bufete adjunto en Suiza para ver qué pueden hacer al respecto. Sin embargo, cada día que pasa es un día más en el que José Manuel vuelve a encontrarse frente a frente con su rabia, su impotencia y su desesperación por no poder abrazar a sus hijos desde hace más de dos años.

Dos años sin ver a sus hijos

La última vez que les vio fue el 2 de mayo de 2020. En plena batalla por la custodia compartida, Verónica -o Vero, como prefiere que la llamen en sus múltiples intervenciones televisivas- empezó a poner excusas para que no viera a los niños, utilizando la pandemia del coronavirus como excusa. Después, llegarían las denuncias falsas por unos presuntos abusos sexuales a sus hijos que la Justicia desestimó, pero que le permitieron ganar tiempo para que José Manuel siguiera sin ver a los niños.

Después, recusó al juez encargado del caso, acusándole de ser amigo de su ex, para alargar el proceso. Y cuando tal acusación se demostró falsa y ya se vio entre la espada y la pared, inició una huida que la llevaría por Andalucía —donde contó con la ayuda de María Sevilla, la expresidenta de Infancia Libre—, Tarragona, Francia y, finalmente, Suiza, donde la Policía española la había encontrado tras una ardua investigación.

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