
Dolores Delgado (Madrid, 1962) deja la Fiscalía General de Estado tras más de dos años de polémicas y la crítica casi unánime de sus compañeros por la degradación de la institución que supuso primero su nombramiento y después sus maniobras al frente de los fiscales. Al Ejecutivo no le importaron para colocarla en un cargo de esta relevancia las escandalosas grabaciones de una comida con Baltasar Garzón y el comisario Villarejo hablando, entre otras cosas, de la obtención de "información vaginal". "Éxito asegurado", dijo quien entonces ejercía como fiscal de la Audiencia Nacional en una frase que la perseguirá para siempre.
Tampoco supuso un problema que Delgado, fiscal de la Audiencia Nacional durante 25 años, hubiera sido ministra de Justicia del Gobierno socialista en una maniobra que ya entonces desató la alarma entre sus compañeros. Su quehacer como fiscal general confirmó que los temores estaban justificados con polémicas como la del caso Stampa, las políticas de nombramientos o sus maniobras en determinados procesos. Aunque Delgado afirme salir de la institución por problemas de salud, motivos para dimitir en estos dos años en el puesto no le han faltado. Estos son algunos de ellos:
El prostíbulo "éxito garantizado" de Villarejo
En los audios incautados durante la ‘operación Tándem’ dando origen al denominado caso Villarejo, se percibe la estrecha y afectuosa relación existente entre Delgado, Baltasar Garzón y el mando policial, a pesar de que Lola (como se refiere a ella Villarejo) aseguró inicialmente que no había tenido "relación de ningún tipo" con el excomisario.
En los primeros que se difundieron, Delgado llama "maricón" a su excompañero de Gabinete, Fernando Grande-Marlaska, narra cómo vio a jueces y fiscales españoles con mujeres menores de edad durante un viaje a Cartagena de Indias (Colombia) y celebraba el "éxito garantizado" del prostíbulo que Villarejo aseguraba haber abierto para obtener "información vaginal". En los que publicó Libertad Digital, ya con ella en la Fiscalía General, terminó de quedar clara la complicidad existente en el "clan" de Delgado, Garzón y Villarejo.
La manipulación del caso Stampa
La Fiscalía General del Estado dirigida por Delgado adulteró el decreto de archivo sobre la investigación abierta al fiscal Ignacio Stampa por un presunto delito de revelación de secretos en el caso Villarejo. La documentación a la que tuvo acceso Libertad Digital demostraba cómo se eliminaron los elementos que exoneraban a Stampa con mayor rotundidad en el decreto de archivo final.
Atrás queda también el controvertido manejo de las querellas y denuncias penales presentadas contra el Gobierno de la Nación y las Administraciones autonómicas por la gestión del coronavirus. Según el informe que realizó la Fiscalía, de la mano del teniente fiscal Luis Navajas, se advertía al Tribunal Supremo de que no había indicios de delito contra los miembros del Gobierno por la gestión de la pandemia.
Desacato al Tribunal Supremo
El más reciente de todos los escándalos protagonizados por Delgado fue precisamente su desacato al Tribunal Supremo con respecto al nombramiento de su delfín, Eduardo Esteban, como nuevo fiscal de la Sala de Menores. Esteban fue enchufado dos veces en contra de la decisión del Supremo, que incluso llegó a anular su nombramiento por "falta de motivación".
Apenas un mes después de llegar al cargo, el nuevo líder purgó la Sala de Menores y despidió a dos fiscales ampliamente valorados por sus compañeros sin ofrecer ningún tipo de explicación, todo ello gracias a la ayuda de Delgado. Esto provocó que más de un centenar de fiscales se rebelasen contra Delgado a través de un comunicado en el que recriminaban la "excepcional pérdida" de un profesional destacado tanto por su "excelencia" como por sus "cualidades humanas".
El tándem con Baltasar Garzón
Se conocieron en la Audiencia Nacional a principios de los años 90 y desde entonces sus carreras profesionales y su vida privada se han ido cruzando. Es mucho lo que les une: la lucha antiterrorismo yihadista o la obsesión por el franquismo. Delgado fue la ministra que exhumó a Franco y de su departamento dependía la Dirección General de Memoria Histórica, y, como Garzón, ha trabajado en el Tribunal Penal Internacional, donde ejerció como fiscal a partir del año 2011. Un año antes Garzón había pedido el traslado a La Haya como asesor externo cuando estaba imputado por el Tribunal Supremo. Es defensora de la Justicia Universal y se definió como una "fiscal de trinchera" y una "ministra de trinchera".
Ambos están divorciados y con hijos y tras muchos años de comentarios sobre una supuesta relación se dejaron ver juntos en una escapada a Roma en 2020.