José Luis Rodríguez Zapatero renovó mandato en 2008 a pesar del desgaste que sufría el PSOE por la crisis económica que ya acechaba a España y de la polémica negociación con ETA. En esa victoria fue clave el resultado cosechado por los socialistas en Cataluña, donde llegaron a sumar 25 de los 47 escaños en juego, más de la mitad.
Para aglutinar voto independentista, el PSOE se desprendió de su imagen de partido nacional al ponerse del lado de los separatistas cuando ya se hablaba de que el Tribunal Constitucional iba a tumbar el Estatuto catalán, como hizo en 2010. Cuatro años antes el Parlamento catalán aprobaba el texto en base a la promesa de Zapatero de que "apoyaría cualquier estatuto que saliera del Parlamento de Cataluña".
Pedro Sánchez, al que se ha comparado en numerosas ocasiones con Zapatero, vuelve ahora a emularle fiando su remontada electoral a Cataluña y el País Vasco al elegir a dos dirigentes socialistas pertenecientes al PSE y el PSC: Patxi López y Miquel Iceta. Ambos son férreos defensores de los acuerdos con los independentistas e, incluso, con Bildu, escudándose en la supuesta negativa del PP a apoyar al Gobierno.
López e Iceta como salvavidas
López será el nuevo portavoz parlamentario del PSOE en sustitución de Héctor Gómez en un momento en el que el Gobierno se ha visto en serias dificultades para poder explicar la aprobación de la Ley de Memoria Democrática con Bildu, coincidiendo con la semana que se cumplían 25 años del secuestro de José Antonio Ortega Lara y el posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA.
Iceta sustituirá a López como secretario de Memoria Democrática del PSOE, un cargo más interno y con poca exposición mediática para el que fuera eterno candidato del PSC a la presidencia del Gobierno catalán, hasta que fue sustituido por el exministro de Sanidad, Salvador Illa, que ganó las elecciones catalanas aunque no logró gobernar.
La decisión consolida el giro radical que Sánchez dio durante el debate sobre el estado de la nación integrando los postulados de Unidas Podemos para agitar a sus bases e intentar anular al nuevo proyecto de Yolanda Díaz, Sumar, antes incluso de que eche a andar definitivamente.
Andalucía marca el paso al PSOE
Con este movimiento podría estar haciendo lo propio con sus socios independentistas de cara a las próximas elecciones generales, en las que los socialistas acaban de perder Andalucía como principal granero de votos que tantas alegrías les han dado en otras ocasiones, no sólo a nivel autonómico sino, especialmente, a nivel nacional.
López e Iceta son dos históricos del PSOE que comparten, además, misma propuesta para reformar la Constitución con la idea de seguir cediendo terreno a los independentistas para instaurar la conocida "España federal" del PSOE por la que País Vasco y Cataluña tendrían aún más competencias a cambio de una supuesta estabilidad política.
Además, por ahora, se espera que el navarro Santos Cerdán continúe siendo el responsable de Organización del partido y número tres de la formación socialista. Por lo que se ocupa también la cuota navarra.
El sanchismo lo engulle todo
El PSOE defiende, sin embargo, que el objetivo con los nuevos nombramientos es otorgar de mayor peso político al partido, al que se señala como responsable del resultado en las elecciones de Andalucía que han tenido como principal damnificada a Adriana Lastra, al igual que el 4M en Madrid se llevó por delante a Iván Redondo y al exministro Ábalos.
Los supuestos errores en la política de comunicación achacados al partido pretenden parchearse con la incorporación de ministros a la Ejecutiva para intentar mejorar la coordinación entre Gobierno y PSOE demostrando, más que nunca, que el sanchismo lo ha engullido todo y no distingue ya entre partido y Ejecutivo.