La ansiada visita del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, con la que el Gobierno quería forzar al PP a negociar cómo repartirse el CGPJ, se ha saldado con un sonoro fracaso. De nada ha servido la intensa agenda que el Ejecutivo le había preparado.
Desde primera hora, el comisario se ha reunido con varios ministros. Desde el ministro de consumo, Alberto Garzón a la ministra de Justicia, Pilar Llop o el ministro de Presidencia, Félix Bolaños que le entregó un dossier contra el PP con las "19 excusas que han puesto desde 2020 para no alcanzar un acuerdo".
Sin mojarse
El comisario de Justicia ha escuchado y ha hecho una repartición salomónica de responsabilidades. Reynders ha acabado por concluir que hay que reformar ya el CPGJ, una de cal para el PSOE, pero que ve necesario reformar el sistema de elección de los jueces, otra de arena para el PP. Así, mojándose lo justo y agradando a todos mientras recordaba que es "una cuestión interna".
Pese a todo, el Gobierno ha tratado de vender que su labor ha servido para algo. La ministra de Justicia, Pilar Llop, ha afirmado que Reynders "ha comprendido perfectamente" que la situación de bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) está "generada por el Partido Popular" pero ha declinado responder a los periodistas si le había pedido reformar el sistema de los jueces.
Reynders deja en evidencia al Gobierno
No hacía falta que lo aclarase. A los pocos minutos, era el propio comisario europeo quien lo confirmaba durante una intervención en el Congreso. "La recomendación prioritaria es que se organice la renovación e inmediatamente después es emprender una reforma", ha afirmado el comisario que ha recordado que España va a presidir la Unión Europea durante el segundo semestre de 2023. "Vamos a prestar mucha atención a las reformas que se lleven a cabo en el momento en el que se lleve a cabo su presidencia", ha añadido Reynders.
Al Gobierno sólo le queda una bala. La última jornada de Reynders en España este viernes. El Ejecutivo le ha preparado como despedida reuniones con la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y un desayuno informativo al que volverá a asistir Pilar Llop pero el comisario europeo no parece muy dispuesto a darle la razón al Gobierno.