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Lo que esconde la ley de Bienestar Animal de Ione Belarra: ideología, castración y lobbies

La ley contempla multas de hasta 50.000 euros para los dueños de perras que se queden preñadas si no están inscritos como criadores oficiales.

La ley contempla multas de hasta 50.000 euros para los dueños de perras que se queden preñadas si no están inscritos como criadores oficiales.

La ley de Bienestar Animal propuesta por la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, que se debate este jueves en el Congreso, supone la implantación en España de la agenda ideológica de los lobbies animalistas, que atentan directamente contra las libertades individuales e incluso contra la propia biodiversidad. Algunos de los aspectos más controvertidos de esta ley son: las multas para los propietarios de perras que se queden preñadas, la obligatoriedad de castrar a todos los animales y el listado positivo que, tal y como está redactado en la actualidad, prohibiría prácticamente tener cualquier mascota.

"El principal motivo del proyecto de ley es pura y llanamente ideológico. Ya en la exposición de motivos vemos que no habla del bienestar de los animales. Lo que intenta regular es la dignidad de estos animales con respecto a la sociedad". Ha explicado a Libertad Digital el veterinario Manuel Fuentes, que también es cetrero y miembro de Nostra Terra, una asociación sin ánimo de lucro que tiene como función principal promover la conservación de la riqueza natural de España.

El principal objetivo de esta ley no es tanto el garantizar el bienestar de los animales evaluando las condiciones que se le ofrecen, sino el regular el reconocimiento y la protección de la dignidad de los animales por parte de la sociedad. (Exposición de motivos de la ley de Bienestar Animal)

La ley "no busca el bienestar de los animales sino realmente modificar nuestra relación con ellos e intenta poner en el mismo plano a personas y a animales, un hecho tremendamente ideológico y fuera de todo lugar", denuncia Fuentes. De igual modo, tal y como sucede con los hombres en la ley del ‘solo sí es sí’ de la ministra de Igualdad, Irene Montero, "los seres humanos se convierten en potenciales maltratadores y los animales, víctimas. Lo que supone, una vez más, invertir la prueba de carga".

El principal argumento que esgrimen aquellos que apoyan la ley es la lucha contra el maltrato animal y el abandono. Sin embargo, ambas conductas ya están penadas en las diferentes normativas autonómicas. En este sentido, la ley de Belarra pretende unificar y dar un marco común para lo que ya existe a nivel regional, pero "ese es el envoltorio detrás del cual se esconde una normativa imposible de asumir", señala Fuentes.

Listado positivo: perros, gatos y hurones

La ley de Bienestar Animal establece la creación de lo que se denomina "listado positivo" y que determina qué animales pueden incluirse como animales de compañía. De entrada, solo se reconocen tres: perros, gatos y hurones.

La norma dice que no se consideran mascotas "especies para las que exista certeza de su carácter invasor o que, en caso de escape y ausencia de control, supongan o puedan suponer un riesgo grave para la conservación de la biodiversidad". De entrada se eliminan los conejos como animal de compañía por su carácter invasor. Pero estrictamente tampoco se incluiría el gato doméstico, porque si se escapa y caza pájaros o roedores, podría considerarse una amenaza a la biodiversidad.

Tampoco se pueden tener como mascotas "individuos de especies protegidas, especialmente las incluidas en el régimen de protección especial (...) o especies silvestres de fauna no presentes de forma natural en España". Es decir, estarían prohibidos los loros, guacamayos, erizos, iguanas, la mayor parte de las serpientes, agapornis, cacatúas, cobayas, tarántulas, camaleones, ciertas tortugas y la mayor parte de los roedores, entre otras.

"Tal y como está redactada la ley, es el fin de la cría en cautividad de todas las especies animales", explica Fuentes. La ley incluso señala que sólo se incluirán en el listado positivo de animales de compañía especies de animales no peligrosas, lo cual "teniendo en cuenta los ataques anuales de perros a personas, podría suponer también la exclusión de los perros como mascotas".

Castración obligatoria

Otro de los despropósitos de la ley es la "hiperprotección de las colonias felinas en las grandes ciudades", señala Fuentes. "Muchas personas bienintencionadas alimentan a los gatos de las ciudades y eso provoca un foco de ratas, que según esta ley no se pueden exterminar, porque hay que priorizar la esterilización".

Las entidades locales antepondrán el control poblacional no letal de la fauna urbana en sus planes de actuación en materia de protección animal garantizando los derechos de los animales. (Art. 22.5 de la ley de Bienestar Animal).

La ley de Belarra también obliga a castrar a todos los animales que se den en adopción. Y por otro lado, solo pueden criar aquellas personas que estén reconocidas como criadores profesionales. Los demás animales, tendrán que estar esterilizados.

"Si alguien tiene una perrita que se escapa y en un descuido se queda preñada, se considera una infracción grave con multas de entre 10.001 y 50.000 euros. La única alternativa que se da desde Bienestar Animal es que el dueño se dé de alta como criador y se quede con la camada entera o la interrupción del embarazo", señala Fuentes citando textualmente la entrevista en El País de Sergio García Torres, director general de Derechos de los Animales y gran impulsor de esta ley.

También queda prohibida la venta de gatos, perros y hurones en las tiendas. "Esto es abocar al sector a su desaparición. Es otro disparate", alerta Fuentes.

La agenda de los lobbies animalistas

Según Fuentes, detrás de esta ley hay un lobbie animalista europeo, Eurogroup for Animals, que tiene cuatro grandes tentáculos en España: Faada, ANDA, AAP Primadomus y AnimaNaturalis.

Precisamente, Sergio García Torres, el director general de Protección Animal, fue anteriormente coordinador de AnimaNaturalis en Madrid, miembro de la Red Internacional Antitauromaquia y portavoz estatal de Podemos Animalista. A pesar de que estudió Artes y su experiencia laboral se había limitado a "trabajar en equipos de comunicación", el vicepresidente segundo por aquel entonces, Pablo Iglesias, se encargó de crear la Dirección General de Protección Animal y de colocar a dedo a Sergio García Torres como director con un salario anual de 86.108,02 euros. Él ha sido uno de los grandes ideólogos e impulsores de la ley de Bienestar Animal.

"Estos lobbies trabajan con una serie de objetivos anuales", destaca Fuentes. "En el año 2019, el objetivo principal de estos grupos eran los animales de granja. Y ya llevamos un tiempo viendo cómo se criminaliza la carne, las macrogranjas y el impacto ambiental del consumo de carne. En el año 2020 el objetivo fue la hiperprotección de los grandes carnívoros europeos y como consecuencia, el 21 de septiembre del año pasado, el lobo pasó de ser considerado especie cinegética a introducirse en el listado de Especies de Especial Protección con lo cual, se prohíbe su caza. Objetivo cumplido".

"En el año 2021, el objetivo era prohibir los animales de circo (...) y en la ley de bienestar animal figura literalmente la prohibición de animales en circo. Y para este año, el objetivo son los animales de experimentación, que están excluidos de este proyecto de ley, y la acuicultura".

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