
Políticas de medio mundo, además de cantantes y actrices de reconocido prestigio internacional, se han cortado un mechón de pelo estos días para mostrar su apoyo a la revolución emprendida por las mujeres iraníes tras el brutal asesinato de la joven Masha Amini por no llevar correctamente el velo. Las protestas se saldan ya con más de 150 muertos, pero la represión ejercida por el régimen de los ayatolás no conseguido frenar un movimiento que ya no entiende de fronteras.
Begoña Gómez, la ministra Raquel Sánchez o la popular Cuca Gamarra son solo algunas de las mujeres españolas que se han sumado a este gesto simbólico para apoyar una causa en la que se echa en falta a aquellas que supuestamente abanderan la lucha por la igualdad: la ministra Irene Montero, su fiel escudera Ángela Rodríguez Pam o la titular de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra.
La doble vara de medir
Enfrascadas en la polémica de un colegio mayor, todas ellas guardan un calculado silencio sobre la violencia desatada en Irán contra las mujeres tras la muerte de una joven a la que, según los testigos, la llamada policía de la moral iraní golpeó y torturó hasta provocarle una parada cardiaca.
Tan solo Montero, acorralada por unas críticas irrefutables, hizo referencia la semana pasada al caso de Masha Amini. Lo hizo, eso sí, ocho días después, con un escueto mensaje en su cuenta de Twitter en el que evitaba hablar de asesinato y que ni siquiera fue retuiteado por la cuenta oficial del Ministerio de Igualdad.
Urge una investigación efectiva del asesinato de Mahsa Amini como exige la ONU. Todas las mujeres que participan de las protestas en Irán deben saber que cuentan con nuestro respaldo ante las violaciones de DDHH. El feminismo está al frente en las luchas por la democracia.
— Irene Montero (@IreneMontero) September 24, 2022
Aunque tal vez muchos no entiendan la hipocresía de unas políticas que, sin embargo, no dudan en gastar miles de euros en reivindicar al "hombre blandengue", lo cierto es que ya en sus inicios el propio Pablo Iglesias dejó clara la línea que seguiría Podemos, un partido que hizo de HispanTV -la televisión del régimen iraní en España- la plataforma desde la que impulsar su proyecto político. Precisamente el dinero cobrado desde entonces de manos de los ayatolás es lo que explicaría el clamoroso silencio de las feministas de la formación morada.
"Cabalgar contradicciones"
"A los iraníes les interesa que se difunda en América Latina y España un mensaje de izquierdas para desestabilizar a sus adversarios, ¿lo aprovechamos, o no lo aprovechamos? -preguntaba a jóvenes comunistas durante una conferencia en el año 2013-. Para mí, quien haga política tiene que asumir cabalgar contradicciones, y nosotros estamos dispuestos a cabalgarlas. ¿Son contradicciones? Por supuesto que sí".
El entonces líder de Podemos se justificaba de esta forma ante el hecho de que un partido de izquierdas que lleva la lucha por la igualdad como bandera aceptase "hacer un programa para un Gobierno como el de Irán", en una televisión en la que, además de defender al régimen, se obliga a las trabajadoras a llevar velo y se justifican los asesinatos de homosexuales. "La geopolítica es así", sentenciaba Iglesias.

¿Financiación ilegal?
La relación que entonces inició con la televisión de los ayatolás -sobre la que siempre han recaído sospechas de financiación ilegal de Podemos- es precisamente la que explica que sus herederas se mantengan al margen de una ola de protestas de eco internacional.
El Sepblac (Servicio Ejecutivo de la Comisión de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias) alertó en varias ocasiones de millonarios ingresos supuestamente realizados por empresas sospechosas de blanqueo de capitales a la productora de la que cobraba tanto el propio Iglesias como Irene Montero -habitual en los programas de Hispan TV- así como otros colaboradores de Podemos.
La denuncia por financiación ilegal del partido fue archivada por falta de pruebas. Sin embargo, nadie duda de que detrás de la mencionada televisión -decisiva para el nacimiento, crecimiento y expansión en España de la formación morada- se encuentra el régimen iraní. De hecho, el propio Iglesias reconoció en aquella charla ante las juventudes comunistas que hacía "un programa para el Gobierno de Irán".
La televisión de Podemos
Se trataba de Fort Apache, un espacio que presentó desde 2012 hasta 2019, justo antes de ser nombrado vicepresidente del Gobierno. Por él desfilaron buena parte de los fundadores de Podemos: Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y la propia Irene Montero, una ministra de igualdad que en aquella época no dudaba en acatar el código de vestimenta impuesto en la televisión iraní, donde jamás se atrevió a defender los postulados que hoy defiende desde su ministerio. Con ella, Iglesias presentaría además otro programa sobre series y cine en la misma HispanTV.

El dinero que todos ellos cobraban del régimen es el que les permitió en buena parte ascender a la primera división de la política. Por eso, cuando alguien se pregunta por qué las ministras feministas callan ante la represión que sufren las mujeres en Irán todavía resuenan las palabras del que fuera su líder hablando de la necesidad de "cabalgar contradicciones". Él lo llamaba geopolítica. El refranero español lo resume en un sola frase: "No muerdas la mano que te da de comer".