Desde este verano, Coalición Canaria vale más. El diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, ha dejado su escaño y la encargada de relevarle ha sido la nacionalista María Fernández, del partido de Ana María Oramas. Era un pacto mutuo: mitad de la legislatura para NC y los dos últimos años para CC.
Pese a concurrir en coalición por la circunscripción de Las Palmas, NC y CC son dos partidos distintos. Nueva Canaria, más de izquierdas, gobierna en coalición con los socialistas en el archipiélago tras desbandar a Coalición Canaria del Ejecutivo regional. Durante esta legislatura, Pedro Quevedo ha votado con el bloque de izquierdas para sacar adelante los Presupuestos de 2021 y 2022 mientras que Oramas ha votado en contra. Hasta ahora.
Reunión productiva
El Gobierno es consciente de que han perdido un aliado, Pedro Quevedo, y que hay una nueva diputada en liza. Con la excusa de conocer a María Fernández, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha tenido una cita con las dos diputadas de CC y, tras sacar la chequera, ambas han salido encantadas y han anunciado que renunciarán a presentar enmiendas a la totalidad.
"Ha sido una reunión muy productiva e intensa", ha afirmado Oramas tras elogiar que el Gobierno se ha "mostrado dispuesto" a incorporar al Presupuesto "las partidas" que reclaman en CC. Los nacionalistas isleños piden respetar el régimen económico y fiscal, más dinero para la isla de la Palma y ayudas para paliar la inflación. "En Canarias no hay Cercanías", ha recalcado Oramas sobre la gratuidad del abono transporte para pedir otra compensación.
Pelillos a la mar
El acercamiento del PSOE a Oramas es una novedad. Durante esta legislatura, las relaciones han sido muy tensas. Sánchez no ha dudado en confrontar con la portavoz nacionalista quien incluso se saltó la disciplina interna de su partido para votar en contra en la sesión de investidura. Ahora, pelillos a la mar y trato privilegiado para Coalición Canaria. Con ellos ha comenzado la ronda presupuestaria, priorizándolos frente a ERC.
Sólo con los votos de Coalición Canarias y de algunos partidos susceptibles de apoyarles a cambios de inversiones en sus provincias (PRC, Teruel Existe, Compromís) más los dos escaños de la formación de Errejón, el Gobierno ya tendría amarrados 161 votos. Si siguen sacando la chequera, podrían tener los apoyos de PNV (5 escaños) y PDeCAT (4 asientos).
Bajando el precio de ERC
De momento, los nacionalistas vascos y catalanes siguen deshojando la margarita, y mantienen la puerta abierta para presentar una enmienda a la totalidad. Una advertencia sobre que no van a poner las cosas fáciles. ERC no descarta apoyarlos si se avanza en la autodenominada "agenda de desjudicialización" que significaría rebajar el delito de sedición.
El Gobierno no se ha negado pero ahora, tras el abandono de Junts del Gobierno de Aragonés, es consciente del papel que puede jugar Illa: Presupuestos en Cataluña a cambio del voto favorable en el Congreso. De momento, el Ejecutivo empieza a ensayar una nueva geometría variable para bajar el precio de las exigencias más incómodas de ERC en un año electoral. Cada voto cuenta hasta los 176 aunque el Gobierno parece que irá sobrado.