No es precisamente agradable ni fácil ser diputado de Vox en el parlamento autonómico de Cataluña. Los diputados separatistas, los comunes y gran parte de los socialistas no les saludan ni dentro ni fuera de la cámara. El "cordón sanitario" se ejecuta a la perfección. Los parlamentarios del partido conservador son carne invisible en los pasillos, el bar y el resto de las dependencias del Parlament.
La anterior presidente de la cámara, Laura Borràs, suspendida de su cargo por estar encausada por corrupción, se distinguió por amonestar a los diputados de Ciudadanos y Vox, pero mostraba una especial predilección por privar del uso de la palabra a Nacho Martín Blanco, parlamentario de Ciudadanos. En cambio, su sustituta en funciones, la republicana Alba Vergés, la ha tomado con Ignacio Garriga, presidente del grupo de Vox, y Juan Garriga, portavoz, así como con el resto de integrantes de la bancada del partido de Abascal, once diputados en total.
Vergés no pierde ocasión de amonestar a los diputados de Vox, generalmente cuando relacionan el aumento de la delincuencia con el aumento de la inmigración ilegal. Según Vergès, los diputados de Vox incumplen el reglamento de la cámara en los relativo a las normas de conducta y opinión de los parlamentarios. Prima lo políticamente correcto y la "buena" educación. La vicepresidenta del Parlament en funciones de presidenta se muestra siempre inflexible con los miembros de Vox,
El trato no tiene nada que ver con el que recibe el resto de grupos parlamentarios. Este viernes, por ejemplo, la diputada de la CUP Nogay Ndiaye le ha hecho una peineta al grupo de Vox y ha calificado de "anomalía" a sus miembros sin recibir el más mínimo apercibimiento. Según Ndiaye, los diputados de Vox no merecen estar en el Parlament, a pesar de que son más que los de su grupo, once frente a nueve. En su discurso de réplica ante la queja de Vox, la diputada de la CUP se ha negado a pedir disculpas por su peineta, decisión que le ha parecido de lo más oportuna a la presidenta en funciones de la cámara. El "cordón sanitario" en su máxima expresión.